Unos las defienden, otros las defenestran. Automatriculaciones. Operaciones que efectúan los fabricantes de automóviles con un determinado propósito.
Son los denominados popularmente como ‘kilómetros cero’, pero también se incluyen los coches de cortesía o ‘demos’ que utilizan las marcas. En esencia, se trata de vehículos que no tienen un cliente asignado, que no disponen de comprador, aunque se hayan matriculado.
¿Por qué existen? Para alcanzar un determinado objetivo de ventas mensual y anual, así como determinados bonus en el caso de los ejecutivos del motor. ¿Son negativas? Como todo en la vida. No hay que abusar.
El campo de trabajo no dopado o natural considerado por el sector de automoción en el ámbito de las automatrículas y en términos generales se sitúa en el entorno del 10% o menos sobre el total de ventas de una marca.
Y hay que puntualizar con claridad que esta cifra, esta cuota, es positiva. No es un mal indicador.
Las automatriculaciones, utilizadas con tino, engrasan perfectamente la maquinaria de las marcas de automóviles, por ejemplo en su relación directa con sus concesionarios asociados. Generan movimiento y tráfico y, en momentos puntuales, pueden sacar del atolladero a puntos de venta que necesitan mejorar sus volúmenes. Pero superar esa barrera del 10%, que en algunas marcas de automóviles que operan en España se marca a fuego como una luz roja que no se debe franquear, puede conllevar problemas de rentabilidad, descontento en la red y pérdida de valor de marca. Conceptos que todo el mundo conoce. Las previsiones de mercado para el canal de automatrículas, una denominación que algunas marcas de coches prefieren cambiar por la de ‘tácticas’ —un término más light— no llevan mal camino después de un 2018 en el que se situaron en 181.890 unidades —6.239 se correspondieron con placas tácticas—, un 4,9% más que en 2017.
La cuota de automatriculaciones y flota propia se situó en el año pasado en el 11,8% sobre el total de 1,53 millones de automóviles vendidos en España. Un dato que debe analizarse con tranquilidad, en cualquiera de los casos. Supera por muy poco el límite del 10% mencionado, y refleja de un modo objetivo un cierto sorpasso que puede revertirse sin problemas por los fabricantes de automóviles que estén en esa lógica media.
¿Qué ocurrirá en los próximos ejercicios? De acuerdo con las previsiones que maneja Fleet People, las autoplacas disminuirán en nuestro país, lo cual no deja de ser significativo teniendo en cuenta que las previsiones de ventas de vehículos que se prevén para el país durante los tres próximos años son de leves descensos o crecimiento moderado, lo que podría empujar, de algún modo, a que las marcas de coches automatriculen más para mantener sus posiciones en el mercado.
A lo largo de 2019 y según cifras facilitadas a esta publicación por la consultora de automoción de referencia, MSI Iberia, las automatriculaciones de turismos, todoterrenos y comerciales se situarán en España en 177.644 unidades, lo que representaría un retroceso del 2,3% en comparación el dato del año pasado.
Esa cifra se colocaría un año más tarde, en 2020, en un volumen de 166.717 unidades, esto es, incluso con más descensos, en este caso cifrado en un previsible 6,1%.
Y en el horizonte de 2021, aún habría una ligera caída en el volumen de automatriculaciones y flota propia de los fabricantes de coches, con 166.608 unidades, prácticamente al mismo nivel que en el teórico resultado del ejercicio anterior.
Solo cuatro por debajo del 10%
Traducido a índice de participación de mercado, nos encontraríamos ante una perspectiva que fijó el año pasado en un 11,8% las automatriculaciones, un resultado que descendería en el año en curso hasta el 11,55% para pasar al 10,98% en 2020 y a un realmente prometedor 10,83% como promedio en 2021, siempre de acuerdo con las estimaciones de la consultora MSI. Esto es, trabajando siempre cerca con el referencial del 10%.
No va mal pero, eso sí, con una puntualización: de las 15 marcas con más automatriculaciones registradas el año pasado en España, únicamente cuatro ubicaron su número de autoplacas por debajo del 10%.
A saber: Seat, con 9.771 unidades y un 9,1%; Volkswagen, con 8.761 automatrículas y un índice del 7,2%; Renault, que terminó con una cuota del 6,9% y 8.583 automatriculaciones e Hyundai, con 4.659 placas propias, un 7,2% sobre el conjunto de sus ventas de 2018.
Lo cierto es que, cuando se baja al terreno de las marca de coches, existen visiones para todos los gustos, aunque hay un líder de automatriculaciones que destaca en España sobre cualquiera de las otras empresas: Peugeot. La filial española de la compañía francesa del motor fue la marca que más automatriculaciones realizó el año pasado, con 19.378 unidades, una cifra inferior en un 3,3% a las 20.051 unidades que registró en 2017, pero que supuso el 14,6% del total de sus ventas en España en 2018.
Las previsiones para los restantes ejercicios mantienen que Peugeot continuará liderando esta clasificación, tanto en el apartado de vehículos de turismo y todoterrenos como en el de comerciales.
Junto con Peugeot, Citroën también figura como una de las principales automatriculadoras del país (en 2018 fue segunda, con 14.849 unidades, un 9,1% más respecto de 2017 y con una cuota del 13,9% de sus ventas totales), y Ford y Fiat también se situarán en posiciones elevadas.
Un dato que lo podría variar todo, sin embargo, recae en el hecho de que, con las últimas cifras consolidadas de matriculaciones a nuestro alcance (enero-febrero), parece que las perspectivas de autoplacas para finales de año se reducirán más. Hasta febrero se han registrado 25.323 automatrículas y ‘demos’, lo que se traduce en un potente descenso del 18,4% en este indicador.