España es el cuarto país de la Unión Europea cuyo sector de automoción más contribuye al Estado a través de impuestos ligados a la tenencia y uso derivados del automóvil, con 39.500 millones de euros aportados en 2023, de acuerdo con cifras divulgadas por la patronal del motor ACEA.
Nuestro país solo se sitúa por este concepto detrás de Alemania, con 88.200 millones de euros, Francia, con 85.900 millones de euros e Italia, que en 2023 consignó 71.000 millones a través de impuestos o tasas relacionadas con sus vehículos nuevos o en circulación.
En el caso español, la mayoría de esos impuestos se circunscribe al Impuesto sobre Hidrocarburos, que durante el año pasado supusieron 22.800 millones de euros, según ACEA. La segunda partida por importe se correspondió con el IVA soportado por los vehículos nuevos matriculados —un 21%—, que alcanzó 11.100 millones de euros.
En tasas derivadas de la propiedad del vehículo se percibieron por parte del Estado un total de 3.000 millones, mientras que las tasas de matriculación representaron 600 millones de euros.
Otros conceptos, como las tasas derivadas de seguros supusieron 1.100 millones, y otros cien millones corrieron por cuenta de las tasas ligadas al permiso de conducción.
Por detrás de España en presión fiscal e impositiva relacionada con la automoción se colocaron en 2023 Bélgica, con 19.600 millones de euros, Países bajos con 19.200 millones, Austria con 15.200 millones, Suecia con 9.200 millones, Portugal con 8.500, Finlandia con 7.600, Irlanda con 6.200 y Dinamarca, con 5.700 millones de euros.
380.000 millones de contribución en la UE
En total según los datos difundidos por Acea, el sector de automoción de los principales países del euroentorno contribuyeron a sus Estados con un total de 380.000 millones de euros por los conceptos mencionados.
Hay que recordar que España sitúa su presión fiscal en el 21%, en la tabla media de la Unión Europea y junto con países como Bélgica, República Checa, Países Bajos, Lituania y Letonia. Por encima de estos se ubican Italia y Eslovenia, con el 22%, Finlandia y Grecia con el 23%, Croacia, Dinamarca y Suecia con el 25% y Hungría, con el 27%.
Por la parte de abajo, Luxemburgo aplica la menor presión fiscal a sus productos nuevos vendidos, como es el caso del automóvil, con un 17%, mientras que Malta tiene un 18%, un 19% Chipre, Alemania y Rumanía y un 20% Austria, Bulgaria, Estonia, Francia y Eslovaquia.
En relación con los impuestos promedio que abona cada automóvil nuevo vendido en la Unión Europea, hay que reseñar que la media se situó durante el año pasado en 1.900 euros por unidad.
Al respecto, España situó su cifra en 1.306 euros de media por vehículo, lo que ubica a nuestro país por debajo de Italia, con 1.571 euros, Alemania, con 1.673 euros, Dinamarca, con 1.775 euros, Países Bajos con 1.852 euros, Francia con 1.871 euros, Irlanda con 2.438 euros y Austria, con 2.661 euros.
Por debajo de España están países como Portugal, con 1.290 euros y Grecia, con 1.196 euros.
