Se acercan las vacaciones. Todo un año esperando este momento. Muchos se lo juegan todo a una sola carta, generalmente en verano, así que lo último que puede haber es algún tipo de fallo.
Toca relajarse, liberar presión, y entregarse en cuerpo y alma a todo aquello que no podemos hacer durante los otros once meses. ¡Once meses! Sin duda, un periodo demasiado largo como para desaprovechar la oportunidad de cargar las pilas al máximo.
Con gran ilusión comienza la planificación del viaje, generalmente en casa y tras la pantalla del ordenador.
Después de mucho pensar y comparar en diferentes páginas web, por fin el destino está elegido. La reserva del alojamiento no ha supuesto problema e incluso ha habido tiempo para organizar una pequeña agenda con los mejores restaurantes, los lugares más destacados a visitar y todos esos planes que uno no se puede perder. Sólo falta un apartado por cubrir: la movilidad. Llevarse el vehículo propio no es una opción porque el destino está muy lejos y los billetes de avión, suficientemente asequibles como para dejar escapar la oportunidad, así que lo mejor es alquilar un coche en nuestro particular paraíso vacacional.
Es entonces cuando empieza la búsqueda en un mar de comparadores de rent a car. Una tarea nada fácil, por cierto. Tras acabar con la cabeza como un bombo, finalmente parece que hemos acertado en la diana al encontrar el más económico.
No sabemos bien cómo, pero tal web ofrece un precio ligeramente inferior al de las demás y, como yo no soy tonto, evidentemente va a ser la opción elegida. Porque todos queremos ahorrar y no sentirnos engañados. Esto es algo universal.
A por todas
Llega el momento. Nos bajamos del avión cargados de maletas, con los niños a cuestas y todos los bártulos reglamentarios, muy al estilo Paco Martínez Soria en sus mejores años, y nos dirigimos al mostrador de la empresa de alquiler.
Ya estamos a punto de rozar el éxito, casi respiramos el salitre en el ambiente y podemos vislumbrar tras los cristales ese sol que nos quitará de un plumazo el color mortecino que nos ha dado la ciudad. Apenas serán un par de minutos, pensamos.
Esto es cuestión de firmar un par de papeles, recibir las típicas órdenes sobre el uso del coche y listo. Pero… ¡Oh, sorpresa! Bolígrafo en mano y antes de estampar la firma que supone el ok al contrato, empiezan a llegar una serie de malas noticias en cascada, que recibimos como una bofetada con la mano abierta.
Con tono amable pero incisivo, la persona que atiende en la oficina de alquiler nos cuenta que, al margen del precio que pensábamos pagar, existen unas tasas especiales de aeropuerto. No sólo eso, también hay un kilometraje por día pactado, cuyo incumplimiento supone un coste extra importante.
Además, resulta que la sillita del niño pequeño cuesta un dineral, y del navegador mejor ni hablemos. Por si esto fuera poco, nos enteramos en ese momento de que nos van a retener casi mil euros en la cuenta corriente hasta finalizar el alquiler y que sólo se aceptan tarjetas de crédito, y no de débito, para validar la operación. Qué desastre. Consciente de toda esta parafernalia de engaño y desinformación que rodea a los comparadores web de rent a car, que son en última instancia los responsables de que el usuario se quede en pañales, un grupo de expertos españoles decidió lanzar MyTripCar, una start-up que pretende ayudar al cliente a evitar este tipo de situaciones desagradables.
A Fernando, Julia y Alberto no les quedaba grande el asunto cuando fundaron la empresa, ya que los tres habían trabajado para una gran compañía de alquiler realizando tareas de desarrollo web y marketing on-line. Conocían bien la trastienda de este mundillo y sabían qué teclas tocar para mejorar la experiencia de usuario.
Tenían claro que había que poner todas las cartas a la vista. Es decir, mostrar de forma evidente esos ‘datos ocultos’ que citábamos unas líneas antes para que el cliente tuviera acceso de forma inmediata a toda la información relativa a su producto.
Esto, además, tendría un efecto positivo en la alquiladora al conseguir que las expectativas estuvieran alineadas con la realidad. Porque, aunque pueda parecer lo contrario, a Europcar, Goldcar o Enterprise —por citar sólo algunos ejemplos— no les interesa en absoluto sembrar el desconcierto y ganar enemigos. Más bien, lo contrario.
Había llegado el momento de pasar a la acción. Entre café y café, el proyecto cobró vida con la ayuda de un grupo alicantino de business angels que aportaron el dinero necesario para el arranque, mientras el despegue corrió a cargo de Wayra, la aceleradora de start-ups de Telefónica. Fernando Almenara, CEO de MyTripCar, explica a Fleet People que su empresa se beneficia ahora de fondos del Ministerio de Turismo y del Instituto Valenciano de Finanzas.
Todo el capital aportado es español, al menos hasta este momento. Pero este negocio aún tiene poco recorrido a sus espaldas y prevé expandirse hacia nuevos mercados en los próximos años. Alemania y Reino Unido están en el punto de mira para una segunda fase en la que podrían entrar en juego nuevos actores.
Así funcionan
Una vez conocida la historia de la empresa, nos metemos en el papel del usuario y entramos en la web para conocer sus secretos. Lo primero que nos recibe es un encabezado con letras bien grandes que reza: bueno, bonito y honesto.
Es algo así como un lema y, claro, no podemos evitar preguntarle a Fernando si en esta ecuación no existe lugar para el factor barato.
Su respuesta es que sí. De hecho, remarca que sus precios son más económicos que los de la competencia en muchos casos, pero de alguna manera han querido darle un espacio destacado a la honestidad, ya que es uno de los pilares fundamentales de su empresa. “La diferencia está en nuestra forma de entender la relación con el viajero. Queremos darle a conocer las opciones para que pueda elegir según sus preferencias”.
Empieza la reserva: lugar, fecha y hora de recogida, fecha y hora de devolución… En fin, los datos típicos a rellenar en cualquier otro comparador. De momento no parece haber muchas diferencias. Lo novedoso está en el siguiente pantallazo, donde se despliegan todas las opciones.
Tras haber decidido que queremos alquilar un coche en Menorca del 15 al 18 de mayo, aparece un listado de modelos ordenados por segmentos, de menor a mayor tamaño.
Un utilitario es más que suficiente para pasar estos días, pensamos, así que el Fiat 500 se plantea como un buen candidato. MyTripCar ofrece la posibilidad de alquilarlo con cuatro compañías diferentes.
Hay una brecha importante en los precios, cosa que salta a la vista de forma rápida, pero lo más llamativo es que en uno de los casos observamos una viñeta en color rojo reservada a los datos ocultos. Basta con poner el cursor encima para leer lo siguiente: “En el mostrador te cobrarán, además del precio del alquiler, los suplementos obligatorios de logística de combustible, 25 euros”.
Sigue el análisis y vemos que la web informa, además, de que el coche no se recoge en el propio aeropuerto sino en las cercanías, pero existe un servicio de minibús gratuito que acerca al cliente a las oficinas.
Incluso deja claro que lo normal es tener que esperar más de una hora de cola en el momento de la recogida, que el combustible es de prepago, que los kilómetros son ilimitados y que bloquean 950 euros en la tarjeta de crédito hasta que se comprueba que el coche ha llegado en buenas condiciones el día de la devolución.
Analistas, al detalle
Hay una diferencia palpable entre este comparador y otros. Raro será que, con tanta información previa, el usuario se lleve un chasco el día del alquiler. Almenara explica que recabar toda esta información es una tarea costosa que implica tener a una serie de analistas yendo de oficina en oficina constantemente, para que no se les escape un solo detalle.
Por su parte, los rentals también colaboran a la hora de ofrecer estos datos, ya que, como comentábamos, son los primeros interesados en que el proceso de alquiler sea satisfactorio para todas las partes implicadas.
El CEO de MyTripCar llega a tildarlas de “transparentes”, en este sentido. “Nuestra relación con ellas es muy buena. Informar bien al cliente nunca va en contra de las alquiladoras, sino del modelo de los comparadores on-line que había hasta ahora. Sólo buscan aparentar que tienen lo más barato ocultando información de cosas que el cliente va a tener que pagar obligatoriamente”
Él lo tiene muy claro. Este tipo de comparadores son el pasado. Vienen de una época en la que lo importante era agregar la oferta y aprovecharse del desconocimiento y la confianza del cliente. Pero el panorama está cambiando y se muestra convencido de que su criterio es el que se impondrá de aquí a poco tiempo.
No en vano, comenta orgulloso que muchos de los usuarios de su web repiten de forma habitual. “El feedback es espectacular, hemos salido hace poco tiempo y ya tenemos un alto nivel de recurrencia”.
El futuro dirá si, efectivamente, el camino de MyTripCar es el que terminará por guiar a este peculiar mundo del rent a car. Pero si tenemos en cuenta que, de media, apenas el 20% de las reservas de coches se hacen directamente en las empresas de alquiler —físicamente o en sus páginas web—, parece lógico pensar que esa gran porción restante del pastel caiga en manos de un modelo de negocio que se preocupa por el cliente en lugar de ponerle trabas.
Porque cada vez hay menos incautos y más expertos en el arte de la búsqueda de productos vía internet.
Cinco preguntas a Fernando Almenara, CEO de MyTripCar
¿Quienes forman la empresa? Fernando Almenara (CEO), Julia Martínez (responsable de Comunicación y User Experience) y Alberto Verdoy (responsable de Producto). Somos tres apasionados de internet que, tras haber trabajado juntos durante varios años para una empresa de alquiler, nos reencontramos al cabo del tiempo y llegamos a la conclusión de que había mucho camino por recorrer en la experiencia del alquiler on-line. Con el paso de los años el equipo ha ido creciendo con la llegada de analistas y country managers, hasta formar una familia compuesta por quince profesionales.
¿Qué objetivo persigue? Ser el mejor comparador de coches de alquiler. Nuestra obsesión es dar la mejor información al usuario para que la experiencia sea genial desde que se hace la reserva online hasta que se recoge en el mostrador y comienzan las vacaciones. También queremos ayudar a los rentals a explicar su producto.
¿Cómo logran ofrecer precios competitivos? Sorprendentemente, a pesar de que los comparadores más populares prometen precios muy bajos, en realidad juegan al engaño porque suelen inflar las cifras para obtener mayor margen de beneficios. Nosotros no entramos en esa batalla, nuestros precios son bajos de partida. Además, tenemos una relación excelente y muy constructiva con las alquiladoras, que nos ayuda a ajustar las cifras.
¿Le cuesta dinero al usuario usar sus servicios? MyTripCar es totalmente gratis para el usuario. Nuestros ingresos vienen de una comisión que nos proporciona cada empresa de alquiler por las reservas que les conseguimos.
¿En qué estado de salud se encuentra el negocio del alquiler de coches en España? El alquiler de coches para turistas se inventó aquí y contamos con empresas líderes a nivel europeo y mundial. De hecho, las dinámicas competitivas de toda Europa se definen en España. No tenemos duda de que es un negocio con un futuro brillante.