La dirección de Ford Almussafes (Valencia) ha alcanzado un acuerdo con UGT y CC.OO. sobre el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que supondrá la salida de entre 570 y 630 empleados de la fábrica, entre mayo y diciembre de este año, y el periodo de las adhesiones voluntarias finalizará el 30 de junio, según han informado a Europa Press fuentes sindicales.
El acuerdo se ha hecho esperar. Al inicio de la reunión, la empresa ha presentado una propuesta que el comité de empresa consideraba «insuficiente» y ha pedido un receso. Poco después se han reiniciado las negociaciones, pero se han vuelto a paralizar, hasta que finalmente, sobre las 14.30 horas, la empresa ha puesto sobre la mesa su oferta definitiva.
Según el acuerdo, la dirección de Ford Almussafes permitirá adherirse al plan de prejubilaciones a los trabajadores nacidos entre el 1 de enero de 1958 y el 30 de junio de 1966 (de 63 a 55 años), excepto a aquellos vinculados por un contrato de acceso a la jubilación parcial.
El complemento a las prestaciones públicas de desempleo variable por edad serán del 80% del salario neto regulador con 55 y 56 años, aunque subirá al 85% a partir de los 57 años. En un primer momento la empresa había planteado que el complemento fuera del 75% a los 55 años.
En el programa de bajas incentivadas, serán elegibles los empleados nacidos desde el 1 de enero de 1958, excepto aquellos vinculados por un contrato temporal, de relevo o de acceso a la jubilación parcial. Para los trabajadores de hasta 54 años, Ford Almussafes ofrece una indemnización de 45 días por año trabajado, con un máximo de 42 mensualidades de salario bruto.
Y para los empleados que menos tiempo llevan en la fábrica, la empresa garantiza una indemnización mínima de una anualidad.
Para el presidente del comité de empresa y portavoz de UGT en Ford Almussafes, Carlos Faubel, se trata de un «gran acuerdo» en «una de las situaciones más delicadas» que se han vivido en la historia de la fábrica. El líder sindical se ha mostrado «muy satisfecho» del acuerdo alcanzado, que, en su opinión, permitirá que las salidas sean «voluntarias» y «protege las condiciones de los trabajadores hacia la jubilación».
Faubel se ha mostrado convencido de que este pacto «va a servir para resolver el enorme problema que se nos había planteado como es un expediente de 630 despidos».
Para el líder sindical, «es evidente que una salida tan numerosa, sumada a la bajada de la producción, va a generar multitud de movimientos internos fruto de la reorganización que pretenderá llevar a cabo la empresa» y ha señalado que estos cambios «se tendrán que llevar a cabo de la manera más ordenada posible».
Una vez finalizado el proceso de adhesiones voluntarias, desde UGT van a instar a la dirección de la empresa a iniciar «cuanto antes» las negociaciones de renovación del actual Acuerdo de Convenio.
«Desde nuestro punto de vista será el momento de empezar a despejar incógnitas sobre nuestro futuro. Una vez solucionado el camino de los que se van, es el momento de intentar despejar el camino de los que quedamos. Y eso solo será posible asegurando carga de trabajo y modelos electrificados», ha apuntado Faubel.
A la vista la situación que atraviesa el automóvil y el conjunto de Ford en Europa, UGT considera que hay que «afrontar la circunstancia, y entablar una negociación sin ningún tipo de complejo».
Para el portavoz de CC.OO., José Arocas, se trata de «un buen acuerdo que facilita que no haya salidas traumáticas» y que mejora las condiciones de los trabajadores.
Por su parte, CGT no ha firmado el acuerdo y su portavoz, Mariano Bosch, ha justificado que no entiende que, «por unos días de diferencia en la edad, se cotice un año más a unos trabajadores que a otros». En este sentido, ha calificado el ERE de «incoherente e injustificado» y ha criticado que la empresa «no ha acreditado en ningún momento la necesidad de realizarlo».
«No nos creemos que en esta empresa sobren 630 trabajadores, y sus cálculos los hace para que trabajemos a unos ritmos cada día más inhumanos», ha denunciado, al tiempo que ha abogado por «encontrar soluciones que mantengan el empleo ante la perspectiva de
recuperación», ya que «todas las previsiones, tanto instituciones nacionales como europeas, prevén una importante recuperación económica que repercutirá en un aumento de la venta de vehículos en los próximos años».
Además, ha censurado que el acuerdo «no incluye ninguna garantía de mantenimiento del empleo ni siquiera a corto o medio plazo». «Lo mismo ocurrió en el acuerdo del ERE anterior y diez meses después nos encontramos otra vez con 630 despidos», ha recalcado.
Intersindical tampoco ha firmado el acuerdo «por responsabilidad», ya que, a su juicio, «no hay garantías» de que todos los despidos sean voluntarios. «No vamos a pasar por ahí», ha defendido la organización sindical.
El portavoz de la formación, Paco González, ha criticado que la empresa «no tiene voluntad» de garantizar que «no haya ningún despido traumático», que, ha augurado, «es lo que va a pasar si llega la fecha y no hay suficientes voluntarios». «Había otras salidas que no tenían coste para la empresa, lo que se debería de haber hecho es garantizar las salidas voluntarias, como el año pasado», ha apostado.
Tras cerrar el ERE, la dirección de Ford Almuussafes ha suscrito con UGT, en solitario, el acuerdo para Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) planteado en las fábricas de motores y de producción de vehículos, con motivo de la crisis de los microchips, un componente de los vehículos cuyo desabastecimiento está afectando al sector de la automoción a nivel mundial.
El nuevo ERTE paralizará la producción durante 20 días -entre el 28 de abril y hasta el 19 de julio-, suspenderá la actividad del turno de noche hasta el mes de julio y paralizará la fabricación de la furgoneta Transit Connect.
Para el portavoz de UGT en Ford Almussafes se trata de un acuerdo suscrito en «tiempo récord» con el objetivo de «proteger los salarios y los puestos de trabajo de la plantilla que va a quedar a bordo en la fábrica». En este caso, CC.OO. no ha suscrito el ERTE, ya que, en su opinión, perjudica las condiciones económicas de los trabajadores, se hace «sin garantías de futuro» y se ha originado por decisiones que ha tomado la empresa.
Por su parte, CGT ha lamentado que la empresa «se ha limitado a entregar una propuesta de acuerdo con condiciones muy parecidas a los ERTE anteriores».
Los paros en las plantas BAO (de fabricación de vehículos) serían del 28 de abril al 11 de mayo; la semana del 7 al 11 de junio; y los días 2, 9, 14, 15 y 19 de julio. En motores, los paros previstos coinciden con fabricación de vehículos del 3 al 11 de mayo, y además estarían los días 21 y 28 del mismo mes; en junio vuelven a coincidir con vehículos del 7 al 11, y suman los días 18 y 25; también coinciden los días 2, 9, 14 y 15 de julio. Además 1 de mayo es festivo, el 13 y el 16 de julio festivos locales y el día 12 de julio es día de vacaciones.
Los 20 días de paro completo afectarían a un total de 6.400 personas de una plantilla que supera los 7.000 efectivos. El resto de días laborables, al no producir Transit hasta julio y la desaparición temporal del turno de noche (hasta ese mismo mes de julio), habrá unos 1.400 trabajadores en ERTE diariamente.
En el mes de julio, los afectados por el expediente bajarán a unos 600 empleados, puesto que se retomaría la producción de la Transit y volvería el turno de noche, según han informado a Europa Press fuentes sindicales.