El proveedor sueco de baterías eléctricas para el sector de automoción Northvolt ha confirmado que prescindirá de los servicios de 1.600 empleados en su país de origen, lo que supondrá rescindir el contrato a un quinto de su plantilla.
Así lo ha comunicado la empresa, inmersa en un proceso de ajuste global debido a la caída en las expectativas en la demanda de vehículos eléctricos en el mundo, lo que le ha obligado a reducir de modo sensible sus objetivos de producción y ventas.
La compañía anunció a comienzos de este mes que se veía en la obligación de revisar su modelo de negocio, ya que por ejemplo en Europa pretendía convertirse en un suministrador clave del negocio de baterías eléctricas para automóviles.
Sin embargo, Northvolt ha tenido que hacer frente a la dependencia externa, especialmente de China, de materiales clave en la hora de fabricar sus baterías.
La idea original de la empresa pasaba por suministrar baterías para al menos un millón de automóviles eléctricos con carácter anual, pero la realidad, ante la falta de elementos clave para mantener una rápida cadencia de su producción, es que ha tenido múltiples problemas para abastecer just in time los pedidos que recibía de fabricantes como BMW, que durante el verano pasado canceló un acuerdo de suministro con Northvolt valorado en más de 1.800 millones de euros.
Desde su creación en 2016 como una de las compañías abanderadas del mercado eléctrico de suministros y llamada a ser la bandera del autoabastecimiento de baterías eléctricas de Europa, Northvolt ha recibido inyecciones de inversión por un valor superior a 11.000 millones de euros.
Hay que recordar que el principal accionista de Northvolt es el constructor alemán Volkswagen, que ejerce el control sobre el 21% del capital del grupo sueco y que hace cuatro años cerró un acuerdo de suministro de baterías con la firma para los próximos 10 años valorado en 13.500 millones de euros.
Además de Volkswagen, firmas de inversión como Goldman Sachs tienen presencia en Northvolt —con un 19% del capital—, así como el también grupo inversor Vargas.
La semana pasada, incluso el primer ministro de Suecia tuvo que salir a la palestra para hacer unas declaraciones sobre Northvolt en las que no solo descartó el rescate público de la compañía, sino que afirmó que “la cuestión no es que el Estado sueco se convierta en accionista de Northvolt, es una problemática de sus accionistas”, dijo Ulf Kristersson.