La firma de ropa deportiva Reebok, propiedad del grupo alemán Adidas, ha vuelto a sus orígenes con el fin de captar más clientes y reducir el elevado margen de distancia que separa en ingresos y ventas entre el gigante radicado en Oregon (Nike) y el grupo teutón.
Con una batalla mundial que se libra en todo tipo de actividades deportivas, desde el patrocinio de las equipaciones de fútbol hasta a los propios atletas (al futbolista Messi le viste Adidas, y Nike tiene contrato con Cristiano Ronaldo), la firma de origen estadounidense, que fue adquirida por el grupo Adidas en 2005 y que lucha por mantenerse en el grupo con nuevos productos, ha decido retomar sus modelos clásicos para impulsar las ventas.
A principios de este mes, Reebok ha lanzado una gama completa basada en el concepto original de The Pump, una zapatilla de bota específica para baloncesto que diseñó en 1989 y que fue todo un éxito de ventas. Los modelos con tecnología Pump disponían de un sistema que, al apretar repetidamente un botón con forma de pelota de basket en la lengüeta del modelo, inflaba los laterales de esta para aportar una sujección extra al tobillo del jugador de baloncesto.
Reebok lanzó este modelo para frenar el tremendo éxito comercial que tenían los modelos de Nike con colchón de aire, una cápsula de aire presurizado, colocada inicialmente en el interior de la parte trasera de sus zapatillas, que inventó en 1979 y que alcanzó el clímax a partir de 1983, con el lanzamiento de su primera bota de baloncesto con este sistema (Nike Air Force I), pero que fue refrendado definitivamente dos años más tarde con la incorporación del colchón de aire en el modelo que se ha convertido en el icono mundial de Nike: las Air Jordan I que utilizaba el jugador de baloncesto Michael Jordan.
Cuando Reebok lanzó las Pump, consiguió equilibrar de alguna manera la lucha con Nike ya que firmó un contrato de utilización del modelo con uno de los principales rivales de Michael Jordan, el jugador de los Atlanta Hawks Dominique Wilkins.
Ambos protagonizaron momentos estelares en los clásicos concursos anuales de mates que organiza la NBA.
Vea aquí la final del concurso de mates de la NBA entre Michael Jordan y Dominique Wilkins de 1988
La idea actual de Reebok no es centrar su apuesta sólo en las Pump, un modelo que reeditó ya en 2009 con motivo de su vigésimo aniversario y que acaba de volver a relanzar, sino establecer una gama de productos completa que cuenten con el mismo sistema de inflado, pero en todo tipo de zapatillas y para diversas actividades, como el running.
Bajo la denominación ZPump Fusion se esconden modelos de zapatilla «que están completamente estructurados cuando no están inflados con la tecnología The Pump, y que se adaptan perfectamente a cada pie cuando están inflados. Se alinean al contorno del pie para obtener una sujección perfecta cuando corres».
La frase no proviene de un cualquiera. Lo afirma Paul Litchfield, quien se ocupa de las nuevas líneas de diseño de Reebok dentro del grupo Adidas… y fue el artífice del diseño de las Pump originales en 1989.
Independientemente de cómo le vaya a Reebok con su estrategia con The Pump, seguramente alcanzará buenas cifras comerciales, pero todavía es grandeel gap que existe entre cualquier fabricante de zapatillas y Nike, bajo el entorno de un negocio global del calzado y los complementos deportivos que mueve anualmente miles de millones de euros.
En 2013, con los últimos resultados fiscales publicados por las compañías, Nike generó 14.500 millones de dólares provenientes únciamente de su división de calzado deportivo.
Una cifra que queda muy lejana a Adias, que sumando todas sus marcas de zapatillas no llega a 9.500 millones de dólares. Puma, la tercera pata global de este sector, facturó 1.930 millones de dólares vendiendo zapatillas de deporte.
Los analistas de mercado que cubren estas firmas han señalado varias veces, sobre todo a partir de la venta de Reebok a Adidas, que la primera se ha centrado demasiado en la última década en el aspecto lúdico del deporte, en la exposición y en la firma de contratos millonarios con músicos y artistas que promocionan sus equipaciones y zapatillas, pero que realmente poco tienen que ver con la práctica real de deporte, que es donde reside el core business genuino.
A finales del año pasado se dispararon las informaciones sobre una posible venta de Reebok por parte de Adidas, que se habría pensado mucho colocar la marca a varios inversores asiáticos incluso por una cantidad bastante menor, 2.200 millones de dólares, que la que emplearon en 2005 —3.800 millones de dólares— para comprar una firma con la que Adidas quería plantar cara a Nike en su casa, Estados Unidos.
Por el momento, y aunque muchos analistas dan por hecho que la vida de Reebok bajo la órbita de Adidas está acabada, la compañía alemana sí se ha desprendido ya de la divisón de calzado confortable Rockport (la ha traspasado a New Balance y a un fondo de inversión), que también compró en 2005 y que también tiene su núcleo de ventas principal en Estados Unidos, donde sus modelos están tan presentes en los grandes almacenes del país como en España puedan figurar marcas como Pikolinos.