Las asociaciones europeas del automóvil (ACEA) y del acero (Eurofer) han instado al Consejo Europeo a adoptar un enfoque “realista y pragmático” para garantizar la competitividad y las inversiones en Europa.
Ambas organizaciones, que representan a dos de los pilares industriales más relevantes del continente, subrayan que es «urgente» establecer un marco común «que preserve el empleo, impulse la innovación y facilite la transición hacia una economía descarbonizada».
Según han recordado ambas entidades, y de cara al encuentro que mantendrá hoy el Consejo Europeo, los sectores del acero y la automoción sostienen de forma conjunta más de 15 millones de puestos de trabajo directos e indirectos en la Unión Europea.
«La industria automovilística es el segundo mayor consumidor de acero del continente, mientras que una parte significativa de la investigación del sector siderúrgico se centra en desarrollos aplicados a la automoción», ha señalado ACEA.
Eurofer, de su lado, ha advertido de que la producción de acero en Europa atraviesa un periodo de “utilización alarmantemente baja de su capacidad”, afectada por el exceso global de oferta, los elevados costes energéticos y de emisiones, y la débil demanda interna.
Lenta recuperación del mercado del motor
Esta situación, ha explicado la patronal, se agrava por la lenta recuperación de los mercados automovilísticos europeos desde la pandemia y por el envejecimiento del parque de vehículos, que lastra la renovación del mercado.
En este contexto, el presidente de Eurofer, Henrik Adam, ha señalado que “una producción doméstica sólida de acero es vital para la resiliencia de la cadena de suministro del sector del automóvil, al garantizar una fuente local y estable que reduzca la dependencia de los mercados internacionales y refuerce la seguridad de abastecimiento”.
Por su parte, el presidente de ACEA, Ola Källenius, ha destacado que “no se puede fabricar un coche europeo competitivo sin un acero europeo competitivo”.
Según el directivo, una regulación inteligente “podría generar beneficios para ambos sectores, por ejemplo, reconociendo a los fabricantes que opten voluntariamente por utilizar acero y materiales con baja huella de carbono dentro de sus objetivos de cumplimiento de CO₂”.
Las asociaciones recuerdan que, tras varios diálogos estratégicos con la Comisión Europea, es el momento de pasar “de la ambición a la acción” y que el Consejo Europeo, que se reúne mañana en Bruselas, debe definir un marco “justo y viable” para la transformación industrial europea, capaz de proteger el empleo, mantener la competitividad y cumplir con los compromisos climáticos.










