El grupo automovilístico BMW no recortará ningún puesto de trabajo en la transición hacia la movilidad eléctrica, incluso cuando los economistas predicen decenas de miles de empleos perdidos en toda la industria.
«No habrá pérdidas de empleo debido a la transformación. Al final, posiblemente ya en esta década en nuestra planta de Múnich (Alemania), habrá una producción totalmente eléctrica sin que nadie pierda su empleo», ha explicado el presidente del grupo, Oliver Zipse, en declaraciones al ‘Financial Times’.
Estas declaraciones se producen en un momento en que el sector automovilístico europeo, así como los economistas, advierten de que la prohibición de los coches de gasolina y diésel provocará un desempleo masivo.
La VDA, que representa a los fabricantes de automóviles alemanes, afirmó el pasado año que la propuesta de la Unión Europea de prohibir la venta de nuevos motores de combustión para 2035 era «casi imposible de cumplir» y que el impacto en el empleo sería «significativo».
Sin embargo, Zipse ha afirmado que su compañía formará a empleados de todo el mundo con las habilidades necesarias para trabajar en modelos alimentados por baterías eléctricas.
«Es la forma de gestionar la transformación. Una mano de obra altamente cualificada es capaz de adaptarse a casi cualquier tecnología. Queremos mantener a nuestra gente porque contamos con sus competencias», ha recalcado.
Asimismo, en lugar de convertir las plantas exclusivamente para producir vehículos eléctricos, BMW está transformando las fábricas paso a paso, y asegurando que las versiones con motor de combustión, híbridas y eléctricas de sus modelos puedan producirse en las mismas líneas de montaje, utilizando el mismo personal.
«Llevamos una década de transformación y la regla básica es: hay que ubicar las nuevas tecnologías donde están las existentes. Hay que hablar con la gente y explicarles cómo va a cambiar su trabajo en los próximos cinco años. Y cuando se les dé una perspectiva, la seguirán. Así que creo que es una tarea manejable», ha incidido.