El automóvil es el medio de transporte más utilizado por los españoles en la hora de desarrollar sus planes de vacaciones, según un estudio elaborado por Europ Assistance con datos de Ipsos.
De acuerdo con el estudio, el 52% de los españoles se decanta por el vehículo para sus desplazamientos estivales, una cifra que se incrementa en un punto porcentual respecto del ejercicio pasado y que se sitúa por encima del avión, el medio preferido por el 43% de los españoles, que crece en seis puntos respecto de 2023.
El tercer medio de transporte elegido es el tren, que crece en dos puntos con un 18%, en tanto que cuarto es el autobús, con un 7%, un punto porcentual menos, y quinto figura el coche de alquiler con una agencia, con el 7% también y un crecimiento de dos puntos.
Siguen a estas preferencias el barco, con el 4%, el coche de alquiler entre particulares, con otro 4%, el coche compartido con un 3%, la autocaravana con un 2%, y la motocicleta y la bicicleta, con un 1%.
Los porcentajes son similares si se comparan con el promedio europeo, en el que el automóvil también obtiene la principal preferencia con un 49%, seguido del avión con un 44% y el tren, con un 17%.
En cuanto al criterio de selección para el transporte elegido, una amplia mayoría apunta a que “es la forma más cómoda para llegar a mi destino” —un 59% en España y un 57% en Europa—, mientras que el 33% de los españoles asegura como otro motivo que “ya estoy acostumbrado a coger este medio de transporte”. El 24% de los preguntados, no obstante, señala que su elección se debe a que “me resulta más asequible”.
Otros elementos asociados al transporte y las vacaciones es el alojamiento elegido, con un 57% de los españoles que se decanta por el hotel, un 30% por alquilar una casa o apartamento y un 19% por la propia casa de vacaciones o la de un amigo, por ejemplo.
En relación con el coste del periodo estival, hay que remarcar que el presupuesto destinado por los españoles aumentó durante el ejercicio pasado en un 22% y hasta 2.145 euros, una cantidad que se sitúa por debajo de la media europea, fijada el año pasado en 2,446 euros y que también aumentó un 22%.