La Dirección General de Tráfico (DGT), a través de su responsable Pere Navarro, ha asegurado que la nueva limitación a 30 kilómetros por hora en vías urbanas de un único carril por sentido de circulación «no es un tema de policía ni de radares», sino que «es más de convencer».
«No somos partidarios de imponerlo a base de policía y radares, sino de convencer. Estamos seguros de que el transcurso del tiempo nos ayudará a ver las ventajas y bondades y nos acabará de convencer. Hay que darle tiempo al tiempo sabiendo que vamos en la buena dirección», ha concretado.
Así lo ha manifestado ayer Pere Navarro en un encuentro digital, celebrado con motivo de la entrada en vigor de la nueva limitación, al ser preguntado sobre la manera en la que van a conseguir que se respete esta nueva limitación. «Sabemos que no será de un día para otro. En la medida que veamos sus bondades y ventajas se irá consolidando», ha dicho.
Ayer entraron en vigor los nuevos límites de velocidad para vías urbanas y travesías. De este modo, el límite de velocidad en vías urbanas es de 20 km/h en vías que dispongan de plataforma única de calzada y acera; de 30 km/h en vías de un único carril por sentido de circulación; y de 50 km/h en vías de dos o más carriles por sentido de circulación.
En este contexto, Pere Navarro ha afirmado que el impacto medioambiental de la limitación a 30 km/h en vías urbanas de un único carril por sentido de circulación «será positivo para la ciudad en su conjunto».
«Detrás de la medida hay un modelo de ciudad en la que los desplazamientos que se realicen en coche serán los razonables, bajará su uso, y al final habrá menos consumo, menos emisiones, menos ruidos y menos contaminación», ha explicado el director de la DGT al ser preguntado por el aumento en las emisiones que provoca tener que circular en marchas más cortas.
La medida, según ha afirmado la DGT, está «ampliamente avalada» por expertos de la Organización Mundial de la Salud y la Comisión Europea, así como «aceptada y probada» por los ayuntamientos.
En la misma línea, Pere Navarro ha insistido que esta nueva norma «contribuye a la transformación de las ciudades» y que es «una apuesta decidida por el calmado del tráfico». «Vamos hacia un uso razonable del coche que conllevará una reducción global del consumo, de las emisiones, del ruido, de la contaminación. Tenemos que conseguir unas ciudades más amables, más humanas», ha precisado.
Para el director general de Tráfico, el motivo para reducir la limitación a 30 km/h es «reducir los accidentes y las víctimas, calmar el tráfico y hacer las ciudades más seguras, amables, humanas y sostenibles».
A su juicio, esta medida «si se hace bien puede aportar muchas ventajas» pero «el tiempo traerá la respuesta». Así, ha asegurado que, en esas zonas, por encima de los 30 km/h «no se puede garantizar la seguridad de los más vulnerables», como peatones, ciclistas, conductores de patinetes o motoristas.
No obstante, el responsable de la DGT ha recordado que «las normas son para todos» y que la limitación de 30 km/h también tendrán que respetarla las motos, las bicicletas y el resto de vehículos que comparten la vía: «Es obligación de todos contribuir a la vida de la ciudad. La ciudad es para todos los ciudadanos y el trabajo de las administraciones es evitar que la ciudad sea solo para algunos».
Con el objetivo de que se cumpla la norma, la DGT está haciendo campaña a nivel nacional, «tanto en radio como en redes sociales». «Estamos informando, desde hace meses, de todo el contenido de la normativa del 30. Y estamos seguros que nuestro mensaje se verá reforzado por las campañas que se realizarán por los ayuntamientos, aunque es cierto que no hay ningún acuerdo o normativa que les obligue», ha reconocido.
Durante el encuentro digital, el director general de Tráfico ha hecho hincapié en que la seguridad vial «es una combinación de educación y formación más vigilancia y control», por lo que ha apuntado que solo con la vigilancia y control «no funciona» ya que, en su opinión, «hay que explicar el por qué y el para qué para que no haya rechazo social».
Asimismo, ha apostillado que conforme se consolide la nueva limitación «habrá una condena social para los incumplidores». «La condena social es lo más importante para que se consolide el cumplimiento de una norma», ha dicho.
En el caso de que en una ciudad haya un muerto por atropello por no haberse adaptado a la nueva normativa, Pere Navarro ha advertido: «El tema se complicará y pueden pedirse responsabilidades. La norma dice lo que dice y el BOE establece cómo se debe hacer».
Sobre la posibilidad de que se eliminen los badenes en las calles limitadas a 30 km/h, el director de la DGT ha señalado que confían en ver cómo «poco a poco desaparecen». «En las calles 30 no tienen sentido los badenes», ha sentenciado.
Precisamente, ha explicado que no se ponen badenes en vez de reducir la velocidad porque los badenes «están dirigidos a los coches y a un espacio puntual» y que la limitación a 30 km/h y el calmado del tráfico «es para las calles en las que hay muchos actores de la movilidad que conviven e interactúan entre sí y para zonas más amplias». «Son soluciones distintas para problemas distintos», ha aclarado.
Aunque ha reconocido que el reparto de mercancías es «uno de los principales protagonistas» de la movilidad de las ciudades, Pere Navarro ha indicado que no pueden «hacer una ciudad específica para los repartidores», por lo que ha defendido que «había que buscar una solución para todos» ya que son muchos los actores que conviven en una ciudad.
Por último, ha afirmado que detrás de las decisiones de la DGT «hay todo un cuerpo de técnicos preparados y profesionales», así como un Observatorio Nacional de Seguridad Vial que recoge toda la información nacional e internacional. «Contamos con la opinión y el asesoramiento de numerosos grupos de trabajo, cuya opinión es imprescindible en nuestra toma de decisiones», ha concluido.