La compañía de infraestructura de carga para vehículos eléctricos estadounidense Blink ha anunciado su intención de despedir al menos al 14% de su plantilla mundial para hacer frente a un proceso de ahorro de costes que podría alcanzar hasta nueve millones de dólares anuales.
La firma, que cuenta con más de 85.000 puntos de carga eléctrica a lo largo y ancho del mundo, ha asegurado que debe asegurar su posición bajo las condiciones actuales de mercado, en las que la demanda de vehículos eléctricos ha caído y, por tanto, el uso de sus puntos de carga.
No solo han descendido las ventas de eléctricos puros, sino que las previsiones de crecimiento que albergaba este tipo de tecnología ha invitado a las empresas del sector, especialmente a las de carga asociada de energía, a invertir millones en acondicionar las vías y fabricar dispositivos de carga para un mercado que no ha cumplido las expectativas y que tardará en llegar a los volúmenes previstos.
“El momento de adoptar estas medidas de reducción de costes, tal y como indicamos en nuestro último anuncio de resultados económicos, es un paso proactivo para adaptarnos a las condiciones actuales del mercado, preservando al mismo tiempo nuestra estrategia a largo plazo”, ha asegurado Brendan Jones, presidente y consejero delegado de la compañía.
Aunque en el primer semestre del año actual los ingresos de la firma de carga han crecido un 24,7%, hasta 51 millones de dólares, las previsiones de descensos en los pedidos se han cumplido ya en el último trimestre del año, entre abril y junio, con un descenso directo en los ingresos derivados de cargas (pedidos) del 4,1%, hasta 23,5 millones de dólares.
La empresa registró unas pérdidas de 20,1 millones en el segundo trimestre, y acumula 37,2 millones de dólares de números rojos en los seis primeros meses del ejercicio actual.
Blink prevé registrar un volumen de facturación de entre 145 y 155 millones de dólares este año, con un margen bruto aproximado del 33%.