ARVL. Es el sencillo sticker que ha utilizado la compañía de diseño y fabricación de vehículos eléctricos profesionales Arrival para debutar en Bolsa.
En el Nasdaq, concretamente. Su primer día de cotización en el mercado no fue como una jornada cualquiera. Supuso un nuevo récord absoluto en cuanto a valoración de una compañía techie de origen londinense. Las acciones de la empresa respaldada por el ruso Vladimir Potanin concluyeron a 20 euros, lo que situó su capitalización bursátil en una franja ligeramente superior a 10.000 millones de euros.
Repetimos: 10.000 millones de euros.
Fundada en Inglaterra en 2015, Arrival se ha especializado rápidamente en la construcción de vehículos profesionales cien por cien eléctricos a partir de módulos y en microfactorías.
Un approach, sinceramente, más que interesante. ¿Por qué? Los propios impulsores del proyecto reconocen el mérito y el legado de la industria automovilística global pero, en su caso, ofrecen una alternativa. No compiten con grupos con los que jamás podrán hacerlo. Lo tuvieron claro desde el principio, y se decantaron por una vía alternativa basada en la aplicación masiva de tecnología de última generación en dosis pequeñas.
En esencia, ofrecen módulos de conducción alternativa simples y a precios razonables. En los dos últimos años, Arrival ha obtenido más de 600 millones de euros en rondas de financiación para consolidar su negocio. Su primer objetivo es impulsar la creación de más microfactorías aparte de la que utiliza en Reino Unido, y la ha localizado en Estados Unidos para continuar con su expansión y montaje de furgones de cero emisiones.
La primera llamada de atención global sobre Arrival se produjo a comienzos del año pasado. Proyectos sobre eléctricos hay muchos, pero pedidos en firme, y de grandes multinacionales, se cuentan con los dedos de una mano. El gigante de la distribución y el transporte UPS encargó en 2020 un gigantesco pedido inicia de 10.000 furgonetas eléctricas de reparto a Arrival, una iniciativa que puso en alerta a todo el sector de las flotas y a los propios fabricantes de vehículos.
Arrival: Atención, flotas
Para los gestores de flotas y propietarios de vehículos de reparto de mediano y gran tamaño, los costes de tenencia o Total Cost of Ownership de un Arrival son un 50% más bajos que los de una furgoneta tradicional, según asegura la compañía, cuyos pedidos no han dejado de crecer en los últimos 24 meses.
El proceso iniciado por UPS es potente, pero compañías poseedoras de grandes flotas tradicionales con necesidad de cambio, como el servicio de Correos de Reino Unido, el Royal Mail Post, han seguido el camino con la expectativa de inversiones millonarias que respaldan la apuesta de Arrival.
Este servicio de paquetería, que cuenta con una flota en la región de casi 50.000 furgones de reparto, ha iniciado el cambio de ciclo hacia el delivery de última milla sostenible con nueve Arrival (en la imagen) capaces de recorrer hasta 160 kilómetros con una única recarga eléctrica.
El último aviso a navegantes de Arrival ha llegado en los últimos días, el pasado abril, tras anunciar un acuerdo de colaboración global con Uber para desarrollar de modo conjunto el primer Arrival Car, un automóvil —lógicamente con cero emisiones— que se convertirá en el primer automóvil de marca blanca para Uber. Diseñado específicamente para Uber y enfocado en exclusiva al transporte ecológico de pasajeros a través de su app.
Ojito con lo que llega.