O un Mustang llevado al extremo de los pick-up, como también es definido por la marca, que ha realizado con esta versión especial un vehículo que va más allá de la practicidad que caracteriza a las camionetas pick-up, dándole una deportividad, un carácter sugerente que le convierte en un coche de colección.
El Ford Ranger Raptor ha sido desarrollado por Ford Performance, la división encargada de realizar las versiones con más carácter de la marca, sea el estético o el dinámico, de modo que el Raptor es una evolución del Ford Ranger con la que se desmarca de la competencia en un mercado que está creciendo en España, ya que ha pasado de las 5.059 unidades vendidas en 2015 a las 10.661 vendidas en 2018. Ford ha vendido en el mercado europeo 13.600 unidades en el primer trimestre de 2019, un 15% más que en el mismo período del año anterior.
Pero no solo se trata de nuevos faros, ruedas más grandes y una nueva parrilla para la ocasión, inspirada en el F150, el pick-up más vendido en el mundo y toda una leyenda en Estados Unidos, porque el Raptor ha sido tan modificado que el fabricante asegura que se puede hablar de un coche nuevo y diferente al Ranger.
Ford Performance ha renovado el chasis con cambios en los materiales, ya que utiliza aceros de alta resistencia, refuerzos y nuevos anclajes para las nuevas suspensiones y elementos mecánicos específicos del Raptor.
La suspensión se ha realizado a medida e, igualmente, la elección de los neumáticos e, incluso, el motor diesel EcoBlue de cuatro cilindros y biturbo ha sido retocado para proporcionar 213 CV y 500 Nm de par que está gobernado con la caja de cambios automática de 10 velocidades, con levas en el volante (El mismo que emplea el F150), que aseguran unas prestaciones dignas de un coche pensado para competir. Con 2,5 toneladas de peso, el Raptor consume 8,9 litros.
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La suspensión cuenta con mayor recorrido, hasta un 32% más en el tren delantero y un 18% el trasero, con amortiguadores de competición FOX, sorprendentemente cómodo en carretera y lo suficientemente enérgico en ‘off road’ para evitar el molesto balanceo o situaciones carentes de aplomo o estabilidad.
La electrónica juega un papel relevante en el Raptor, de modo que ofrece hasta seis modos de uso -normal, deportivo, hierba/grava/nieve, barro/arena, roca y Baja. Por medio del Control de Estabilidad y el ABS, la electrónica se encarga de dar la mejor respuesta posible en función de la superficie sobre la que circula.
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La más llamativa es la de tipo Baja, que es un programa para uso de alta velocidad inspirado en lo que necesitaría el vehículo en caso de afrontar una competición de tipo Baja. El control de estabilidad tarda más en entrar y da la oportunidad al Raptor de aprovechar al máximo su velocidad con una sensación de control en caso de que haya problemas cuando se supera un determinado rango de deslizamiento.
Llegados a este punto es cuando se aprecian en toda su intensidad los 213 CV del motor de cuatro cilindros de 2.0 litros biturbo, con un turbo especialmente destinado a apoyar su evolución en la zona baja del cuentavueltas y el otro de mayor tamaño puesto a punto para seguir empujando a medio y alto régimen.
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