Una nueva realidad. El sector global de las flotas de vehículos y la movilidad asociada a los servicios añadidos ha experimentado más cambios en la última década que en los 50 años anteriores.
La incesante reinvención y mejora de los procesos tecnológicos y la progresiva madurez de las sociedades han impulsado nuevos modelos de moverse y de entender los desplazamientos. Un caldo de cultivo que los principales actores de la automoción, básicamente las compañías de renting y las marcas automovilísticas, han sabido comprender impulsando de modo constante nuevas vías de negocio por la vía de adquisiciones y de la creación de fórmulas para captar clientes.
Bajo este prisma, el objetivo esencial de los grandes grupos del sector ha sido, en los últimos años y especialmente tras la irrupción de la pandemia de 2020, ganar volumen, ser más grandes para, en primer lugar, conseguir un espectro más amplio de clientes y, de otro lado —y no menos importante—, para evitar ser absorbidos.
Por el momento, las multinacionales que tradicionalmente lideran el negocio de la financiación de activos relacionados con la movilidad continúan comandando el sector, pero los sucesivos movimientos que se están produciendo en forman de compras están acortando la brecha.
Volkswagen y Toyota ejercen un poder casi omnímodo hasta la fecha en el universo crediticio del automóvil, y también en el campo de la gestión de sus servicios.
Con los últimos datos disponibles y publicados por la propia empresa, Volkswagen gestionaba a 31 de diciembre de 2023 un total de 10,2 millones de contratos asociados a flotas de vehículos con sus diferentes fórmulas, si bien hay que puntualizar que esa cifra aumenta hasta 15,86 millones si se contabilizan todos los contratos financieros del grupo en los que está involucrado un vehículo, aunque no se trate de gestión pura de flotas, y de acuerdo con datos de Volkswagen obtenidos por Fleet People.
Millones de contratos financieros
En el caso de Toyota, que muestra cifras más difíciles de extraer, se calcula que terminó 2023 con cinco millones de vehículos gestionados en términos de flotas a escala global, según revela una presentación efectuada a inversores de la firma japonesa.
Pero, como en el caso de Volkswagen, si se tomara como punto de referencia el número total de contratos financieros de la marca asociados al automóvil de algún modo u otro, el número aumenta hasta 13,5 millones de clientes ligados a su financiera.
La tercera compañía automovilística de origen por volumen de contratos y flota es Mobilize, con unos 3,9 millones de vehículos gestionados según las estimaciones de Fleet People a través de la documentación pública presentada por el grupo a comienzos de año.
La marca comercial controla las operaciones financieras de RCI Bank, el potente brazo crediticio del fabricante francés Renault y sus marcas dependientes.
Así las cosas, a partir de ahí se produce el ‘corte’ y surgen las multinacionales no nativas del sector, comandadas por Ayvens, que gracias a la reciente compra del también gigante LeasePlan se coloca como cuarto operador de activos financieros de flota y sus servicios, con 3,42 millones de vehículos.
La también francesa Arval está muy cerca, con 3,2 millones gracias a su alianza con Element Fleet, y a estas siguen Holman (la antigua Ari Fleet) con dos millones de flota y la japonesa Orix con cerca de 1,5 millones.
Otras grandes del sector de renting y flotas como Alphabet y Athlon, propiedad de BMW y Mercedes-Benz, respectivamente, gestionan unos 750.000 vehículos cada una, lejos de los puestos de cabeza.