Si los caballos de Ferrari cabalgaban, los de la española Pegaso volaban. Estos últimos utilizaban tecnologías, por ejemplo, que no fueron adoptadas por la marca italiana hasta una década después.
Sin embargo, no dejan de ser curiosas las diferencias de publicidad y fama entre Ferrari y Pegaso. Pero en España nunca hemos sido especialistas en promocionar las bondades autóctonas.
Les mostramos aquí el Z-102 Berlinetta de 1954, correspondiente a la segunda serie fabricada por la compañía, que únicamente construyó 84 chasis del modelo.
Este es el número 0148 carrozado por el prestigioso J. Saoutchik, que desarrolla 195CV con un motor 2.8 V-8 y transmisión de cinco velocidades ZF. Su primer propietario fue el madrileño Julián Sánchez Arangüena, que lo matriculó en 1956.
Posteriormente ha pasado por tres manos diferentes, principalmente estadounidenses. La unidad, que mantiene intactos los relojes de lectura Jaeger o el sistema de calefacción Bosch, fue subastado el pasado agosto en Monterey (California, EEUU).
Precio: 880.000$