martes 28, noviembre, 2023

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Ecomotion Tour ALD: La novena sinfonía verde

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Ecomotion Tour » La empresa de renting ALD Automotive bate, un año más, el récord de presencia de marcas en su cita anual con la eficiencia y los buenos hábitos al volante

Probablemente, cada vez que cogemos el volante estamos seguros de que lo hacemos bien. Y también de la manera que apretamos el pedal del acelerador, o del freno. Y de los tiempos que marcamos al engranar o quitar una marcha del cambio de nuestro coche.

Seguramente, estamos convencidos de que la distancia que guardamos con el conductor que circula por delante de nosotros es la correcta.

Y no hay nadie que pueda rebatir nuestra manera salir de un semáforo, y tampoco de que nuestra elección de neumáticos ha sido muy buena, porque hemos sustituido los gastados que utilizaba nuestro vehículo por otros más baratos y que tienen unas prestaciones similares.

¿Saben lo que ocurre? Que la inmensa mayoría de los conductores, por no decir todos, suspendemos en alguno de estos aspectos; y un porcentaje mayoritario, en todos.

Y todos y cada uno de estos componentes están unidos al cien por cien a la evolución del consumo de combustible de nuestro coche. Y no se crean, que influyen de verdad. Poco a poco, parámetro a parámetro, y unidos todos ellos, pueden representar entre un 5% y un 10% del consumo total de combustible de un automóvil, en función del uso que le demos. En un depósito completo de 55 euros, pongamos que hablamos de tres euros. Si usted reposta cada semana —rasemos igualmente en cuatro depósitos por mes—, estaríamos hablando de un coste anual de cerca de 150 euros.

No es una cantidad pequeña, desde luego. Supone una compra mediana-grande de un mes o, directamente, ahorrarse casi tres depósitos en un ejercicio completo. ¿Se pueden imaginar esta cantidad de desfase en una flota de vehículos de una gran corporación que digamos que cuenta con 1.500 vehículos? Se lo especificamos en un segundo, y abandonamos la cuestión económica: más de 200.000 euros largos por ejercicio. ¡Por una desviación de tres euros! Sin embargo, el componente monetario no es el más importante.

Hemos ejemplificado con este aspecto para que se hagan una idea.

Lo realmente importante es lo que no se ve: conducir de una manera más tranquila, sosegada y poniendo atención en lo que hay que poner atención nos permite alcanzar un objetivo fundamental y primordial: consolidar nuestra seguridad al volante y facilitar la de los demás.

Y ése es el verdadero objetivo de la conducción eficiente.

La empresa de servicios y gestión de flotas ALD Automotive lleva muchos años ya persiguiendo este objetivo mediante el diseño de una alegre competición que busca obtener los mejores resultados posibles de eficiencia al volante. Para ello, convoca a los principales fabricantes de vehículos que operan en España, que aportan sus últimos modelos.

ALD Automotive

Con ellos, en esta ocasión con 24 modelos de automóviles de 19 marcas diferentes, se trata de obtener un resultado de consumo durante el recorrido de la competición que, en conjunto, se sitúe por debajo del oficial que registra la marca.

Lo más increíble de todo es que no es nada complicado lograr el objetivo fijado. Se sorprenderían de lo sencillo que es bajar un consumo mixto oficial aplicando, simplemente, el sentido común al volante.

Como bien apuntaba al final de la novena edición del Ecomotion Tour de ALD el director general de la compañía, Pedro Malla: “Para nosotros es un orgullo que estén las marcas más importantes del mercado, con las que trabajamos todos los días intentando demostrar que se puede conducir de manera eficiente”, explicaba el directivo, quien definió de una manera muy clara y didáctica el significado de eficiencia.

“La eficiencia no es otra cosa que situarse al volante con sentido común. Demostrar que podemos utilizar con sentido común el freno, que podemos circular un poco más despacio, que respetamos los tiempos al acelerar… Con esta iniciativa pretendemos, de alguna manera, decirle a la gente que se puede conseguir”, aseguraba el director general de ALD Automotive al finalizar la competición de consumo.

Valladolid, ida y vuelta

En el noveno año del Ecomotion Tour, la ruta escogida fue también diferente pero, como siempre, enriquecedora y más que suficiente para controlar los consumos y comprender que haciendo muy poco puede conseguirse mucho.

El destino final de la primera jornada fue el Balneario de Valbuena, ubicado en el municipio vallisoletano de Valbuena del Duero, que cumple perfectamente con la definición de “remanso de paz” que le es atribuido. Antes y para llegar allí, la ruta discurrió principalmente por autovía hasta llegar a La Granja (Segovia), un trazado teóricamente sencillo y calculado para aplicar un poco más de fuerza al acelerador con el fin de compensar los posteriores recorridos provistos de más curvas, por zonas más comarcales y, en definitiva, propensos a una circulación más lenta.

Fleet People acudió a este reto de la mano de ALD Automotive y a bordo de un flamante Audi A4 2.0 TFSI Ultra, un vehículo que, a priori, ofrece unos promedios de combustible muy bajos y con el que disfrutamos enormemente.

Retomando la fase inicial por carretera, hay que decir que la organización hizo un trabajo magnífico no sólo en la parte operativa, sino también en lo que se refiere a “pensar” el trazado.

A lo largo del primer tramo de autovía, la gran mayoría de los vehículos participantes picó el anzuelo y pecó de un exceso de lentitud hasta que se accedió al primer punto de control, por el clásico miedo a pasarse del promedio final que había que alcanzar. Por ejemplo, toda la distancia completa de la primera jornada debía cumplimentarse sin sobrepasar una media de 68 kilómetros por hora, y todo dentro de unos límites de tiempo bajo los cuales se penalizaba por cada minuto de exceso o defecto.

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Como se puede ver, el Ecomotion Tour no es un paseo de ocio, sino que realmente se constituye como una competición en la que hay que hilar muy fino para cumplir con todos los parámetros exigidos por la organización y cubriendo desde autovías hasta carreteras convencionales de un único carril o pasos por ciudad en los que hay que estar ojo avizor.

La primera jornada, antes de alcanzar el objetivo y después de pasar el tramo de autovía, se completó con una muy interesante ruta que discurrió por numerosos pueblos de interior e incluso por una magnífica escalada por la vía secundaria interior que recorre las Hoces del Río Duratón. Es en esos momentos en los que hay que afinar al límite la relación de marchas y aprovechar al máximo las pocas inercias generadas para arañar, aunque sea, unas pocas gotas de combustible.

Metodología y segunda etapa

Hay que decir, llegados a este punto y por si hubiera que aclararlo, que todas las mediciones que efectúa ALD en sus pruebas de consumo están gestionadas al cien por cien por equipos telemáticos instalados en cada uno de los vehículos.

En relación con el modo en el que se averigua cuánto consumo se ha gastado y cuánta mejora representa en relación con el consumo oficial medio anunciado por el fabricante, la respuesta —y el método— no pueden ser más sencillos: se carga el depósito hasta la última gota disponible en los vehículos al comienzo de la prueba, se procede a su precinto y, cuando se concluye la competición, que no es sino en una estación de servicio, se repostan los litros necesarios hasta llenar de nuevo y por completo el depósito de combustible.

De ese modo se conoce con casi el cien por cien de exactitud cuántos litros se han empleado en el recorrido, en nuestro caso de unos 250 kilómetros por jornada, y con una simple relación aritmética, cuánto se ha reducido el consumo respecto del oficial del vehículo que conducimos.

Siempre con la telemetría en la cabeza —en el caso de nuestro Audi, por ejemplo, conseguimos cumplir en tiempos con todos los check point casi a la perfección y nos pasamos solo en tres minutos en el conjunto del recorrido, objetivo que sólo mejoraron dos coches, y que igualaron otros dos—, abordamos la segunda jornada con la idea de que estábamos cumpliendo con nuestro plan: ser eficientes al volante y, por qué no decirlo, también continuar pasando un buen rato al volante, algo que conseguimos gracias a nuestro compañero de viaje: Miguel Ángel Tejeda, director de ALD en Barcelona.

En la segunda jornada, y bajo la línea maestra de replicar más o menos el recorrido efectuado el día anterior, pero de forma inversa, nos costó menos reducir los consumos del vehículo debido a que ya conocíamos algo más los tramos por los que discurría nuestro rutómetro.

Las curvas nos eran más familiares, y también los pasos por pequeñas poblaciones y las vías de una única dirección, por lo que conseguimos ser más eficientes con los desarrollos de las marchas y con el uso del acelerador.

¿Ganadores? Como bien aseguraba Pedro Malla, director general de ALD, “aquí ganamos todos y no pierde absolutamente nadie. Se trata de ofrecer ejemplos reales al conductor real y a través de alternativas y situaciones verdaderas en las que siempre conseguimos eficiencias”.

Bueno, un ganador puro sí que hubo, aparte de la generación de eficiencias al volante: los bosques. Con el equivalente económico en el ahorro de combustible ofrecido por las marcas participantes, ALD Automotive ha plantado 25 árboles. “Un granito de arena más”, aseguraba Pedro Malla. Un granito, sí, pero muy bienvenido y que junto con otros, todos alineados, forman una montaña.

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