Cuando el cantante de soul Charles Bradley deje el mundo de los vivos, asistiremos al final de una época. Sí, se parece a James Brown. Pero no es él, aunque trató de imitarlo durante algún tiempo. No tuvo tanta suerte como Brown. Incluso tuvo que vivir en el metro de Nueva York. Su manera de moverse en el escenario no se puede imitar. Los jóvenes de la nueva escena funk-soul intentan mover las caderas y acompasar los dedos de una manera similar. Pero es imposible. Eso sólo puede hacerlo quien vivió ciertas épocas en primera persona, se las bailó y se las sudó. Con la edad, su cuerpo ha asimilado de tal manera los ritmos del soul que no son ya sino una prolongación de su cuerpo. Y la suerte, en forma de fama y renombre, le ha sonreído con 67 años. Realmente, nos emociona contárselo. Si pueden, vívanlo en directo. Recordarán, de nuevo, lo que se evoca del significado genuino del término
sensational soul. Imposible de impostar.
‘Changes’ // LP (26€) / CD (18€)