Hay determinados objetos antiguos que siempre atraerán la atención. Y que gustan. Sírvanse dos ejemplos: Un teléfono de colección con dial de rueda; o una máquina de escribir, ya sea Remington o Underwood. Se relacionan con la nostalgia del pasado.
En Estados Unidos, ese sentimiento se apropia de muchos cuando ven imágenes de estaciones de servicio antiguas y de surtidores de combustible como el de la imagen. Figuran en la mente colectiva de millones de americanos que recuerdan, estampas de carretera y manta con cientos de kilómetros por recorrer, siestas en el coche, intermedios para repostar y noches en moteles atados a las vías de servicio.
Para muchos americanos, las gasolineras Gilmore y su lema “Ruja con Gilmore”, son tan comunes como para otros muchos españoles lo fue hace décadas la canción del Cola-Cao que se emitía en la radio. Este surtidor Gilmore de 1930, que incluye el tanque de gasolina —de 1,5 metros de alto—, compresor de aire y bomba de combustible, está totalmente restaurado y fue adjudicado por la casa de subastas RM en Texas hace dos meses por 15.000 euros. Formaba parte de la colección Andrews, propiedad de Paul Andrews y su hijo Chris. El padre, broker tecnológico, vendió su empresa al multimillonario Warren Buffett en 2007. Pero ya antes tenía una de las más importantes colecciones de automobilia de EEUU. Este surtidor no es el más caro que se subastó, pero sí el que más nos ha gustado. ¿No lo pondría en su jardín?