El Ayuntamiento de Madrid que dirige José Luis Martínez-Almeida se ha puesto firme con la regulación que atañe a los Vehículos de Movilidad Personal (VMP) y restringirá tanto su uso indiscriminado como el número de actores que podrán explotar su actividad.
Concebidos de modo inicial como instrumentos de movilidad para minorar las emisiones al medio ambiente de la ciudad y mejorar la libre circulación de las personas, la nula regulación que afectaba a estos vehículos hasta 2021 ha provocado el caos en su modelo de integración en las urbes.
De hecho, hasta el 11 de noviembre de 2020 no eran considerados como vehículos al uso. Y no ha sido hasta enero de 2021 que estaban sujetos a un marco normativo, aunque se dejaban en el aire, y sujetos al criterio de los municipios, factores clave como la utilización del casco o el seguro de responsabilidad civil.
En esencia y bajo el marco genérico dictado por la Dirección General de Tráfico, los patinetes eléctricos no podrán circular por autovías y autopistas, ni travesías y vías interurbanas que discurran dentro de poblado. Y tampoco en túneles urbanos, aceras de las ciudades, zonas peatonales ni en el carril-bici, con un límite de velocidad máximo de 20 kilómetros por hora en vías con plataforma única de calzada y acera, de 30 km/h en vías de un único carril por sentido y de 50 km/h en vías de dos o más carriles por sentido.
A partir de ahí, las municipalidades están determinando la concreción de normas que tocan a los patinetes eléctricos, un aspecto que también puede influir en los límites de velocidad, por ejemplo.
En el caso de Madrid, a finales del año pasado se publicó la nueva licitación que regula su despliegue en la ciudad.
En primer lugar, ha delimitado el número máximo de patinetes de alquiler sin base fija —es decir, que pueden aparcarse en las horquillas de aparcamiento destinadas a tal uso, los de las bicicletas municipales— a 6.000 unidades.
En la actualidad existen en Madrid unos 10.000 patinetes de alquiler sin base fija, lo que se traduce en recortar en un 40% los patinetes actuales.
También están ‘censadas’ 5.997 horquillas de aparcamiento, que teóricamente, de acuerdo con el Ayuntamiento, permitirían el estacionamiento de 11.994 patinetes.
Un recorte clave en el umbral
De los 6.000 patinetes que se autorizan a partir de ahora, un total de 3.600 podrán estar ubicados en los distritos del anillo interior de la M-30, en tanto que los 2.400 restantes se situarán en el anillo exterior de dicha vía de circunvalación.
Uno de los grandes cambios que introduce la normativa municipal afecta a los operadores. La amalgama de empresas de micromovilidad que surgió en grandes capitales, como es el caso de Madrid, y al calor de las nuevas tendencias de movimiento de las personas, propició la creación de múltiples start-ups que desplegaban sus vehículos por las urbes a través de un modelo tecnológico con apenas costes que, por los vacíos legales, no penalizaba la falta de servicio, el despliegue indiscriminado o su indebido estacionamiento, por ejemplo.
Madrid solo dará permisos a tres empresas, y la explotación de 2.000 patinetes a cada una de ellas. En la capital circulan patinetes de Lime, Movo (Cabifiy), Bolt, Bird y Tier.
Todos los patinetes sin base fija tendrán que estar asegurados y el uso de casco protector será obligatorio.