Por mucho que nos bombardeen con eslóganes voluntaristas, querer no siempre es poder. Cediendo al optimismo, puede afirmarse que querer no suele ser suficiente, sea cual sea el ámbito de la vida del que tratemos, para acometer una tarea.
Si se desciende a una cuestión aparentemente banal como la movilidad, nos topamos con una muestra indiscutible de lo tozuda que puede ser la realidad, en este caso que la generalización del vehículo eléctrico, tanto en las flotas de empresa como entre los particulares, dista mucho de depender solo de la mera voluntad.
Según el último Observatorio de Movilidad de Arval, la inmensa mayoría de las empresas de nuestro país, el 88% para ser exactos, ya ha introducido o prevé introducir al menos una nueva energía o tecnología de movilidad en su flota en los próximos tres años. No obstante, semejante pretensión se ve frenada fuertemente por la insuficiencia de la infraestructura de recarga que haría posible que el coche eléctrico despegase de verdad en España, al menos hasta los niveles de que disfruta en los países de nuestro entorno.
En la década y media que lleva entre nosotros, el Observatorio de Arval ha derivado en uno de los análisis de referencia sobre las tendencias de movilidad y la situación del mercado de la automoción.
Por un lado, realiza un exhaustivo dibujo de la situación y las previsiones del mercado; por otro, su Barómetro refleja las tendencias actuales, a medio y largo plazo, de la movilidad corporativa; todo ello con base en las entrevistas a gerentes de flota (8.622 en esta ocasión) de 30 países, 300 de ellas realizadas en España. Además, en esta su decimoquinta edición recoge por primera vez datos de países de otras zonas importantes para el sector, como EEUU, Canadá, México, Australia y Nueva Zelanda.
Preguntados por las limitaciones a las que se enfrentan en su transición a la movilidad electrificada, los gestores de flota mencionan inmediatamente la escasez de puntos de carga. El 22% considera que la falta de postes públicos es la mayor traba al proceso en curso, por encima incluso del elevado precio de este tipo de modelos, al que apunta el 14% de ellos. Los encuestados no culpabilizan únicamente a la Administración, sino que también son conscientes de sus propios frenos, pues el 18% reconoce que no disponen de puntos de recarga en las propias oficinas de su empresa.
El informe determina, en efecto, que casi un tercio de las empresas españolas carece de tal infraestructura en sus instalaciones, aunque el 24% tiene previsto comenzar a desplegarla durante el próximo año. El lado bueno del asunto es que el porcentaje de compañías sin puntos de carga se ha reducido de la mitad a un tercio con respecto a lo detectado en el estudio anterior. Por su parte, el 28% de los conductores debe afrontar el coste de habilitar un punto de recarga en su domicilio, gasto que cubrirían el 20% de las firmas.
El 14% de los empleados se ve obligado a hacer frente al importe del repostaje en las instalaciones corporativas, mientras que al 10% se lo facilita la compañía.
El vehículo híbrido sigue creciendo como la opción que más convence a las empresas de nuestro país, tanto que el 70% de ellas lo incorporará en el plazo de tres años, lo que supone un 12% más que en 2022 y un 26% más que la media de la UE. El 49% se inclinará por modelos híbridos enchufables (5 puntos más que en 2022) y el 39% preferirá los eléctricos puros, un punto más que el año pasado.
Confianza no tan ciega
Las compañías confían en el crecimiento de su flota de vehículos para este ejercicio, aunque en menor medida que en 2022. En España, el balance entre las que prevén que se reduzca y las que esperan incrementarla es positivo en 14 puntos, aunque baja algo respecto a 2022 (16) y es ligeramente inferior a la media tanto europea (16) como del resto del mundo (20). En lo que se refiere al próximo trienio, el 22% de las nuestras compañías contempla aumentar su número de vehículos, un punto porcentual menos que en el resto de los países europeos.
Por lo que se refiere al renting como opción para financiar su flota corporativa, algo más de la mitad de las firmas asegura que será su fórmula preferida en los próximos ejercicios. Esta previsión es algo menor en el segmento de empresas que tienen entre 100 y 499 empleados, y está bastante más extendida en nuestro país que en el conjunto de la Unión Europea. En otro orden de cosas, el 77% de las entidades cuenta con al menos un servicio adicional para gestionar su movilidad.
Entre los más requeridos se hallan las acciones formativas para mejorar la seguridad en la conducción (24%), la gestión del combustible (21%) y el reporte digital de las acciones al volante (18%). El número de medidas suplementarias adoptadas crece en la misma proporción en que lo hace el tamaño de las empresas.
El aumento del teletrabajo ha motivado que el 20% de ellas haya realizado cambios en sus políticas de movilidad o se planteen introducirlos, 5 puntos porcentuales por encima de la media europea. Utilizar soluciones alternativas, fomentar el coche compartido entre los trabajadores y variar la política de uso de los vehículos corporativos son las opciones más valoradas.
La incorporación de fórmulas de movilidad para que los empleados accedan al trabajo en España está relacionada en un 39% de las ocasiones con las políticas de responsabilidad corporativa (RSC) de la compañía, aunque también se emplea como instrumento para mejorar la imagen de marca o como incentivo para atraer o retener talento. Otras razones aducidas apuntan a adecuarse a futuras normativas, responder a peticiones de la plantilla, cuidar de su seguridad o beneficiarse de incentivos fiscales.
Previsiones del mercado general
Manuel Orejas, director de Marketing y Desarrollo de Negocio de Arval, aventuró durante la presentación del Observatorio de Movilidad que la recuperación del mercado automovilístico español dará comienzo en el presente y el próximo ejercicio antes de acelerarse a lo largo de los siguientes. A su juicio, la crisis de componentes —parece que en vías de solución—, la guerra en Ucrania —todo lo contrario— y las presiones inflacionistas son los principales obstáculos a los que se enfrenta el sector si quiere hacer realidad las previsiones.
En concreto, Arval calcula que en este 2023 se matricularán en España 1.115.829 vehículos (972.870 turismos y 142.929 comerciales), un 19,6% más que en 2022, y que se superarán los 1,2 millones de unidades en 2024. En 2026, el mercado se acercaría a los registros previos a la pandemia, con 1.392.102 matriculaciones, de acuerdo con las estimaciones del informe.
En el canal de empresa, las matriculaciones de turismos no superarán esas magnitudes hasta 2025, mientras que, en el caso de los comerciales, la recuperación podría consolidarse en 2024.
Por lo que hace al renting, las cifras precovid ya se superaron durante el pasado ejercicio para los turismos, que rozarían las 200.000 matriculaciones en el actual. En el segmento de comerciales, el repunte ya es un hecho y se espera incluso una mejora para las próximas campañas.
El estudio dictamina que la atonía del mercado de particulares tocará a su fin en el presente año. Las nuevas placas aumentarán en 2023 cerca del 16% y se situarán por encima de las 460.000 en este segmento, para superar el medio millón en los próximos ejercicios.
El canal empresarial, por su parte, crecerá un 14,4%, mientras que el rent a car será el que más avance porcentualmente (53%) después de un 2022 que lo castigó muy severamente con una gran escasez de vehículos nuevos que ofrecer a sus clientes.
Si analizamos en detalle las energías utilizadas en los modelos que se comercializaron, las motorizaciones de gasolina mantienen el ascenso de los últimos tiempos y da la impresión de que, al menos de momento, seguirán al frente de las preferencias tras alcanzar el 53,6% de la cuota y sumar 789.632 nuevas unidades. Los vehículos diésel agrandaron el retroceso de los años anteriores y se quedaron en el 37,4%, al matricular más de 116.000 unidades menos que en 2021.
La oferta de vehículos más sostenibles mantuvo la combinación de la gasolina con el motor eléctrico (híbridos) como la opción más aceptada por el mercado y sumó casi 108.000 matriculaciones, mientras que los híbridos enchufables continuaron con su senda ascendente, aunque ligeramente frenada. Los modelos eléctricos prosiguen su lenta pero constante escalada tras añadir 34.671 unidades, por delante de los que emplean gas licuado del petróleo (GLP).
Al igual que en el canal de empresa, el renting aumentó la adquisición de vehículos que se mueven por medio de energías alternativas en 2022. La combinación de electricidad y gasolina, de nuevo la más demandada, rozó las 20.000 matriculaciones.