El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado que todos los camiones medianos y pesados importados al país estarán sujetos a un arancel del 25% a partir del próximo 1 de noviembre, en una nueva escalada de su política comercial dirigida a proteger a los fabricantes nacionales frente a la competencia exterior.
El mandatario ya había anticipado en septiembre su intención de aplicar nuevos derechos de importación sobre vehículos industriales, argumentando «razones de seguridad nacional».
En aquella ocasión, el político señaló que los gravámenes favorecerían a productores estadounidenses como Peterbilt y Kenworth —propiedad de Paccar— y Freightliner, perteneciente a Daimler Truck, según Reuters.

El sector mexicano, el más expuesto
México figura como el principal exportador de camiones medianos y pesados hacia Estados Unidos ya que las importaciones procedentes del país vecino se han triplicado desde 2019, y alcanzan en la actualidad unos 340.000 vehículos.
El país latino cuenta con 14 fabricantes y ensambladores de camiones, autobuses y tractocamiones, además de dos productores de motores.
Bajo el acuerdo comercial norteamericano USMCA, los vehículos pesados pueden entrar libres de aranceles siempre que al menos el 64% de su valor tenga origen en la región, a través de componentes como motores o ejes, materias primas como el acero o el ensamblaje final.
Sin embargo, el nuevo gravamen afectará a los vehículos que no cumplan con ese requisito, lo que impactará directamente a los fabricantes que operan fuera de dicho umbral.
La Cámara de Comercio de Estados Unidos ha instado al Departamento de Comercio a no aplicar los nuevos aranceles, recordando que los principales países afectados —México, Canadá, Japón, Alemania y Finlandia— son aliados estratégicos que «no suponen un riesgo para la seguridad nacional», apunta Reuters.
El impacto también podría alcanzar a fabricantes como Stellantis, que fabrica en México las versiones más pesadas de sus pick-ups RAM y diversos vehículos comerciales, y que habría presionado a la Casa Blanca para evitar una subida de impuestos.
Por su parte, el grupo sueco Volvo está construyenmdo en Monterrey una factoría de camiones pesados con una inversión de 700 millones de dólares —unos 650 millones de euros al cambio actual—, cuya apertura está prevista para 2026.
México, que ha manifestado formalmente su oposición a la medida, ha recordado ante las autoridades estadounidenses que los camiones exportados desde su territorio incorporan, de media, un 50% de contenido de origen estadounidense, incluidos motores diésel.
En 2024, las importaciones de componentes de vehículos pesados desde México ascendieron a cerca de 128.000 millones de dólares —118.000 millones de euros—, el 28% del total importado por Estados Unidos.










