El fabricante de vehículos francés Renault cuenta con una división de negocio, Ampere, que es la encargada de llevar adelante todos los proyectos que contengan energía eléctrica de la firma del rombo. Y es esta área de negocio de Renault la responsable última del futuro lanzamiento del Emblème, una berlina familiar, pero a la vez con un aspecto claramente deportivo, cuyo máximo atributo será la práctica ausencia de emisiones de dióxido de carbono en todo su ciclo de vida.
Este último aspecto es esencial en la industria del automóvil, ya que tan importante es que un vehículo sea completamente neutro en emisiones durante su utilización efectiva en las calles, como que así lo sea también todo el proceso de montaje y desarrollo del vehículo previo a su comercialización.
“El Emblème será la prueba de que el automóvil sigue siendo un motor de progreso y encarnará el futuro lenguaje de diseño de la marca Renault, lo que llamamos «La Nouvelle Vague». De media, un coche térmico deja una huella de 50 toneladas, mientras que en Emblème son 5 toneladas, de la cuna a la tumba. Será una obra maestra”, ha asegurado sobre este vehículo el primer ejecutivo mundial de Renault, Luca de Meo.
Renault ha asegurado que el nuevo Emblème es, exactamente, el resultado de ese afán de la marca, porque emitirá un 90% menos de gases de efecto invernadero durante todo su ciclo de vida respecto de un automóvil actual.
Este porcentaje se obtendrá gracias a la reducción masiva de elementos contaminantes en el área de componentes del vehículo, que se reducirán en un 70%, pero además se utilizarán un 50% de materiales totalmente reciclados.
4,8 metros y 1.000 kilómetros de autonomía
El nuevo Emblème tendrá una longitud de 4,8 metros, lo que le convertirá en una teórica berlina de representación, aunque estará adaptada para uso familiar —una de las máximas de la casa francesa— y contará con una gran pantalla central digital que se extenderá a lo largo de todo el salpicadero.
La distancia entre ejes, además, rozará los tres metros, lo que asegura una gran habitabilidad interior, y su altura sobrepasará por poco los 1,5 metros.
El propulsor, la clave de este vehículo, combinará la utilización de electricidad e hidrógeno, lo que asegurará que las distancias recorridas sean libres de emisiones.
En concreto, será capaz de recorrer hasta mil kilómetros con el apoyo eléctrico y de únicamente dos recargas de hidrógeno gracias a sus propulsores ecológicos, y teniendo en cuenta que “llenar” un coche de hidrógeno apenas toma cinco minutos de nuestro tiempo.
En relación con la autonomía puramente eléctrica, esta será de 300 kilómetros, mientras que los dos depósitos de hidrógeno contarán con 350 kilómetros cada uno.
Aunque no existe fecha de lanzamiento para este modelo, Renault considera que se trata del avance de lo que serán sus futuros vehículos en cuanto a diseño exterior e interior.