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Recetas en el maletero: Pan de molde casero Pequeña Miss Sunshine al estilo Volkswagen T2 Combi

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En el mundo del cine, la participación de los automóviles siempre ha estado presente de una forma u otra. O bien para decorar secuencias de época, como herramientas para persecuciones, huidas y escenas de acción; o como elementos clave de la trama, consiguiendo así el rango de personajes protagonistas de la historia. En Pequeña Miss Sunshine la Volkswagen Combi amarilla logra esa categoría. En ella se teje todo…

Esta obra de 2006 supuso toda una sorpresa para la crítica y el público del momento, pues cuestionaba de un modo fresco y cómico los valores del éxito, la belleza y la familia. Todo a través de los ojos inocentes de una niña apocada pero decidida, su entorno cercano y desequilibrado, y una furgoneta Volkswagen Combi que los lleva de viaje, no sólo a un concurso de belleza infantil, sino a descubrirse.

La película apoya todo el viaje físico y emocional de los personajes en la Volkswagen Combi (en el rodaje se utilizaron cinco modelos, tres con motor y dos colocadas en remolques). Los fallos mecánicos y roturas del vehículo —el embrague, el claxon, la puerta lateral…— no son más que obstáculos que deberán sortear como familia, requiriendo la ayuda de los otros y plasmando de modo gráfico que la unión hace la fuerza.

Así que nosotros amalgamaremos todo ese espíritu de unidad en una masa de pan de molde casero, que se nos presenta rebanado, dando a entender que la familia está desestructurada, dividida, con problemas individuales pero que necesitan de un buen horneado para hallar la felicidad…

Presentamos a los protagonistas. Una madre desquiciada, un padre obsesionado con el éxito, un hijo con voto de silencio, un tío con ansias suicidas, un abuelo que pasa heroína y que tiene una relación especial con su nieta de siete años. Este elenco de alocadas mentes se une y arremolina en el interior de un bol amplio como la harina, la levadura, el agua, la leche, el azúcar, la mantequilla y la sal.

 

Comienza el viaje. A la pequeña Olive la han seleccionado para participar en el concurso de belleza Little Miss Sunshine y la familia al completo decide partir en una cruzada a lomos de la Combi amarilla para cumplir el sueño de la pequeña. Así pues, mezclamos todos los ingredientes (en amasadora o a mano durante 10 minutos, hasta obtener una masa firme y que no se pegue) y los aunamos en la odisea.

Hacemos una bola y la dejamos reposar en el bol tapado y engrasado con un poco de aceite o mantequilla hasta que doble su volumen. Y, mientras tanto, el viaje empieza a mostrar las frustraciones y desavenencias entre los miembros de la familia al tiempo que el vehículo va acumulando fallos.

Muertos de risa. Entre otros contratiempos como la pérdida de un contrato o la irrupción de un ex novio, emerge el fallecimiento del abuelo a causa de una supuesta sobredosis. Es el momento entonces en el que nosotros sacamos la masa sobre una superficie enharinada, la aplastamos ligeramente para expulsar el aire y la doblamos para que nos entre en un molde engrasado (tipo plumcake). Nuestra masa tendida en el recipiente, inerte y cubierta con un paño se nos antoja a ese cadáver anciano… Parece que el viaje concluye, pero nada impedirá a esa niña acabar el trabajo que hizo su abuelo con ella…

De ahí que volvemos a cubrir el molde y lo dejamos reposar hasta que vuelva a doblar su volumen. En ese tiempo, la familia decide robar el cadáver del hospital y llevarlo en la parte trasera de la Combi. Pero un nuevo error mecánico —el claxon se rompe— hace que les pare la policía y esté a punto de “destapar” el muerto que se oculta bajo ese paño.

La gran actuación. Mientras el horno se precalienta a 220 grados, la familia llega in extremis al certamen. Olive va a actuar pero la competencia es atroz y no quieren que sufra una humillación. Nada importa para ella, decide adentrarse en el horno y desatar su magia 30-35 minutos al ritmo burlesque de Super Freak de Rick James.

Ante la reacción negativa del público, la familia al completo se une a la interpretación de la niña y hacen que esa “masa cruda” tenga su momento de gloria. Que se cueza. Que brille con luz propia. Y tras salir del horno —y de los acalorados improperios de la organización— se desmoldan y se enfrían en una rejilla para volver a coger el camino a casa en su destartalada Volkswagen Combi amarilla. Compactos como una familia y como un pan de molde casero que una vez les hizo triunfar en un concurso de belleza…

 


Ingredientes (1 pan)

Volkswagen 300 grs de harina de fuerza, 85 grs de agua tibia, 85 grs de leche entera, 6 grs de levadura fresca, 30 grs de mantequilla blanda, 15 grs de azúcar, 10 grs de sal

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