La agencia de calificación S&P ha rebajado de ‘B’ a ‘B-‘ el rating a largo plazo del fabricante español de componentes para automóviles Grupo Antolin, al tiempo que ha situado en ‘estable’ la perspectiva de negocio de la compañía.
S&P indicó que el rendimiento operativo de la empresa se ha visto limitado por las «persistentes» condiciones complicadas del mercado desde la pandemia y con la actual situación de inflación y las altas demandas de capital que impactan sobre la generación de flujo de caja.
La firma también señaló que otros de los factores que han repercutido sobre los ingresos de la compañía han sido la reducción de la fabricación mundial de vehículos, «presionando la rentabilidad», o el encarecimiento de las materias primas.
En este entorno, la agencia contempla que el beneficio bruto de explotación (Ebitda) ajustado de la empresa subirá ligeramente hasta entre 230 y 250 millones de euros el año que viene, en comparación con los entre 210 y 230 millones con los que finalizará 2022.
Además, S&P apuntó que la actual situación comercial de la empresa, que mantenía un récord de pedidos de 5.300 millones a 30 de septiembre, «allana el camino» para unas métricas de crédito más sólidas en 2024.
En esta línea, la entidad de calificación subrayó que la perspectiva ‘estable’ refleja su visión de que Grupo Antolin incrementará entre un 6% y un 8% sus ingresos y registrará unos márgenes de Ebitda del 5% en los próximos doces meses. Esta previsión se fundamenta en la recuperación gradual de la producción de automóviles y la «absorción progresiva» de los elevados costes operativos.