El eslogan de Magalie Mi reality is my duality, se conforma a partir de la esencia dual de su creadora, Marga Arévalo, nacida de las realidades contrapuestas de sus padres. Su padre, arquitecto formado en Barcelona, le transmitió su amor por la simetría y por los procesos artesanales.
Su madre, sevillana de Triana, le enseñó el gusto por los detalles y el cuidado exquisito por los objetos que definen a sus dueños. “Hace cuatro años sentí la necesidad de elegir entre un mundo u otro para guiar mi vida. Pero, tras darle muchas vueltas decidí no sólo aceptar mi realidad dual, sino celebrarla”, afirma Arévalo. Es en este momento cuando nace la idea de crear Magalie, una colección llena de detalles simbólicos y contradicciones que se complementan.
La línea de bolsos cuenta con cuatro formas (disponibles en diferentes combinaciones de color), que comparten varias características comunes.
Todos están realizados en piel de primera calidad, tratada en talleres de Ubrique, en los que una pequeña Marga se familiarizó con los procesos artesanales de la mano de su padre.
Los bolsos cuentan también con una decoración de mimbre sin tratar, que recuerda los trabajos andaluces que la creadora de la firma asocia con el universo de su madre. El interior está realizado en poliéster, capaz de resistir el trajín del uso y, al mismo tiempo, de proteger su contenido.
Estas elecciones no sólo atienden a un valor sentimental, sino que constituyen una alegoría de la mujer.
“Los materiales de los bolsos cambian y evolucionan con el uso. El mimbre se oscurece y la piel se arruga, igual que pasa con la piel de la mujer. Sin embargo, el interior se mantiene inmutable, igual que el espíritu, que permanece joven”, explica Arévalo.
Los diseños de la colección son rotundos y muy llamativos, recogen la esencia de Cabopino (Marbella), el lugar al que esta emprendedora que nació en Sevilla, se crió en Málaga y se formó en diferentes capitales europeas, asienta sus raíces. “Es la parte del mundo en la que me siento más a gusto. Por eso la forma de mi primer diseño de bolso se inspira en la silueta de un barco surcando el horizonte”.
El toque ‘techie’
A esta parte artesanal y artística de Magalie se suma una faceta tecnológica, que no hace sino potenciar el valor único del conjunto. “A lo largo de mi vida me han robado muchas veces el bolso. Esto me hizo pensar en la necesidad de crear una baliza de localización que sirviera de antirrobo”, comenta. La fabricación de este modelo de baliza lleva detrás dos años de intensas pruebas, en las que han participado incluso tecnólogos de famoso MIT (Massachusetts Institute of Technology).
“La fusión de la moda con la tecnología es complicada; hay que hacerlo de una manera muy sutil porque si no lo uno se come a lo otro. Yo quería hacer bolsos de calidad, que tuvieran una filosofía y un alma. La tecnología tenía que ser un añadido a la marca, un complemento. Hicimos primero unos cableados, pero era muy complicado, los dispositivos rompían el forro… Finalmente, decidimos hacer la baliza como elemento independiente, que va dentro de una fundita de cuero y puede colocarse en el interior del bolso sin afectar a su estructura y materiales”.
Este dispositivo antirrobo se conecta al móvil mediante una aplicación en la que se puede configurar la distancia de separación del móvil (un elemento que suele llevar a mano), con la baliza; cuando dicha distancia se supera, las alarmas del bolso y del smartphone se activan poniendo a su dueña sobre aviso de un posible robo. “Este sistema puede usarse también para localizar el bolso cuando su dueña no recuerda dónde lo ha puesto”, apunta Arévalo.
Los bolsos Magalie tienen otro punto tecnológico: aunque ya están disponibles en algunas boutiques, fueron concebidos para venderse a través de Internet (http://magalie121.com). Esta es la razón de que su packaging sea tan especial. Cada bolso se envuelve en una caja enorme que hace las veces de vitrina donde puede ser guardado. Esta caja también contiene información sobre la marca y un kit de limpieza con sus explicaciones, para cuidar el bolso de forma apropiada.
“La clienta recibe el bolso en casa, incluso si lo ha comprado en una tienda. De este modo podemos presentarlo como lo que es: una obra de arte pensada para acompañarla y evolucionar con ella”, subraya Arévalo.
Los bolsos de Magalie trascienden la moda, son diferentes, atractivos, magnéticos. Sus ventas crecen en todo el mundo y muchas mujeres los han comprado tan sólo viéndolos en Internet, sin tocarlos ni probarlos. Su dualidad armónica hace de ellos un objeto de deseo.
