Siempre me han gustado las palabras de toda la vida. Prefiero resistencia a resiliencia, y sé que seguramente no signifiquen lo mismo. Pero me gusta más el primer término. El que se ha dicho toda la vida. También adoro nuestra web fleetpeople.es pero, qué quieren que les de diga, la niña de mis ojos es la que reciben y tocan con sus manos cada dos meses. Acarícienla, disfrútenla. Bendito papel. Pese a quien pese.
Ya me estoy yendo por los cerros de Úbeda.
Qué bien lo está haciendo el renting.
Cómo está toreando esta puñetera pandemia y de qué manera ha resistido. Recibiendo por todas partes, como el propio sector del automóvil, como si fueran Ali y Foreman en el 74, upper a la mandíbula que va, gancho a las costillas que viene. Resistencia pura.
Cierto es que el alquiler con servicios se mueve en unos parámetros que le han permitido reaccionar con cierta tranquilidad. Firmar contratos a tres o cuatro años con plazos mensuales y empresas de todo tipo no genera la misma incertidumbre que la exposición al cliente privado. Las empresas, mal que bien, pagan. Esto no quiere decir que el consumidor privado no lo haga. Pero es otro cliente.
Con el recurrente asegurado en el bolsillo cada mes —como Telefónica, que tiene 22 millones de líneas y cuatro millones de clientes a través de Movistar. Oigan, echen cálculos en cuota mensual—, el renting ha sabido maniobrar con rapidez al detectar las necesidades reales de las compañías.
Está sabiendo dibujar el horizonte de la nueva movilidad que se avecina con una celeridad tremenda.
Pero… ¿Más teletrabajo significarán menos vehículos de flotas?
Hay que dar la vuelta a ese concepto. Puede que el número de unidades descienda. Pero ese nunca fue el negocio. El parné está en los servicios.
Siempre fue así para el renting y siempre lo será. Ese es su valor, su mantra cotidiano y la tabla sobre la que surfeará en los próximos años.
Las necesidades de las empresas requieren, hoy, de productos megaflexibles que no estén acotados por tiempo y uso y que estén activos, prácticamente, las 24 horas de los 365 días del año. Nada nuevo para el renting.
Quizás sí lo sea para otros.
Y su ventaja, respecto del resto de los negocios de automoción, es que siempre ha estado en disposición de ofrecer en todo momento servicios full, en el amplio sentido de la palabra.
Lo único que ha cambiado en los últimos, digamos, cinco años, es que la digitalización masiva ha terminado de cerrar el círculo de la oferta total para las empresas de renting.
Por eso está en primera línea.
Y por eso es el rey de la resistencia.
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