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España vuelve por sus fueros y ya es el undécimo mercado mundial por comercialización de turismos. Es el tipo de coche más fabricado en la península. Si hay un tipo de vehículo por el que el sector español del automóvil ha sacado pecho históricamente, ése es el turismo. Compacto, apto para todo tipo de familias y uso y con una relación entre precio y calidad accesible y asequible.

En esa ecuación tampoco puede faltar el hecho de que la península es un potente nicho productor de este tipo de vehículos, lo que le convierte en un lógico absorbente de turismos. Vender donde se produce no es sino la máxima de cualquier constructor de vehículos global.

En España, el 80% de la producción se centra exclusivamente en turismos, y cuatro de los 10 coches más vendidos se corresponden con automóviles fabricados localmente. En julio pasado, el Seat León fue el tercer coche más vendido de España, seguido por el Volkswagen Polo, cuarto, el Seat Ibiza fue quinto y sexto, el Renault Mégane.

Pero al ampliar el foco y visualizar las clasificaciones de ventas mundiales, esa sólida posición de los turismos españoles han perdido comba de manera paulatina como consecuencia de la crisis económica, que hundió literalmente la demanda de coches en nuestro país.

Afortunadamente, parece que se tocó suelo el año pasado. Hasta hace dos años, independientemente de los incentivos a la compra de vehículos introducidos por el Ejecutivo y las mejores condiciones de precios, con descuentos muy importantes según la marca, las ventas locales no arrancaban. Y no ha sido sino el repunte en la confianza del consumidor del año pasado la que ha permitido reactivar las ventas.

Con un 2014 en el que hasta en Australia se vendieron más coches que en España (883.949 frente a 855.308 unidades), la flecha ha empezado a cambiar este año y España empieza, de nuevo, la remontada, después de varios años lejos de los focos de interés de los grandes constructores de automóviles mundiales. No hay que olvidar que en el año previo a la crisis, 2007, en nuestro país se vendieron 1,6 millones de automóviles, lo que le permitía vivir con holgura dentro del top ten de países con más ventas.

Adiós, Australia

Entre enero y junio de este ejercicio, de acuerdo con datos obtenidos por Fleet People a través de la consultora Inovev, los últimos disponibles, España ha comercializado 555.222 automóviles de turismo, una cifra que le permite situarse como el duodécimo país global por volumen de ventas de este tipo de vehículos.

En apenas seis meses, el dato comercial de España ya mejora en un puesto el ranking obtenido al final del año pasado, cuando concluyó decimotercera, por detrás de Australia.

Las previsiones para este ejercicio apuntan a que se matricularán en el entorno de algo más de un millón de unidades —sería la primera vez en los últimos seis años—, una cifra que consolidará la tendencia creciente del mercado del automóvil local, aunque será insuficiente para entrar en el top ten de países con más ventas.

 


En 2014, España fue superada en ventas de coches mundiales por Australia. Ése fue el suelo. Ahora toca, de nuevo, el crecimiento


 

La décima plaza está muy cara, porque el gap diferencial en unidades es importante. Corea del Sur es la décima potencia del automóvil por ventas, con un volumen de casi 1,4 millones de unidades en 2014. Hasta junio de 2015, suma 722.990 turismos comercializados y es incluso undécima, después de verse desplazada de la lista de los 10 primeros clasificados por Italia.

¿Podrá situarse España en la órbita de los más grandes?

La gran mayoría de los directivos del sector del automóvil español cifran en 1,2 ó 1,25 millones la verdadera velocidad de crucero comercial que debe tener el mercado de automoción nacional.

Consideran que cifras entre 1,4 y 1,6 millones, como se dieron en la década pasada, corresponden a operaciones artificiales de ventas de automóviles, véase automatrículas y exportaciones.

Con 1,2 o 1,3 millones de automóviles totales, esto es, incluyendo comerciales e industriales, a España tampoco le queda mucho margen para crecer en ventas de turismos para cumplir esa expectativa. Además, la tasa de antigüedad del parque ha mejorado sustancialmente en los últimos años, a pesar de algunas voces del sector que insistentemente indican lo contrario.

 

 

ventas

En 2014, de acuerdo con cifras obtenidas por esta publicación a partir de la patronal del motor europeo, ACEA, el 37% del parque de vehículos español contaba con una edad de 10 años o superior. Existen hasta 12 países más del entorno de la Europa de los Veinticinco que cuentan con un promedio más alto de coches de más de 10 años de antigüedad que España. Nuestros datos en este apartado son casi los mismos que en Italia, pero se sitúan, eso sí, lejos del 15% de Reino Unido, el 23% de Alemania y el 19% de Francia.

En este sentido, el ritmo de crecimiento en nuevas matriculaciones es bueno, pero también hay que verlo en perspectiva. En 2014 se matricularon 39 coches nuevos por cada 1.000 habitantes en Reino Unido, 38 en Alemania, 27 en Francia y 22 en Italia. En España, 18 turismos por cada mil habitantes, una cifra todavía alejada de los 25 que promedia la UE y, sobre todo, de los países anteriormente citados, con los que España suele compararse como potencia del motor.

 

‘Blockbusters’ locales

Para alimentar la maquinaria de la producción, además, no sólo es necesario que el mercado interior funcione correctamente, sino que los exteriores den respuesta a lo que se fabrica bajo unas determinadas fronteras.

Eso suele pasar cuando los modelos que se construyen en un país son blockbusters. En ese caso, es difícil que las cosas salgan torcidas.

La travesía del desierto que han vivido los fabricantes españoles ha servido para reconstruir la industria y colocarla en una muy buena posición competitiva. Pero han quedado piedras en el camino. Turismos superventas como el Renault Clio, el Ford Focus o el Ford Fiesta han dejado de ensamblarse en la piel de toro en la última década, vehículos con una alta capacidad comercial en todo el mundo que han dejado de montarse en España por razones económicas y con el pretexto de atraer producción de un valor añadido hipotéticamente adicional que generalmente no se ha demostrado.

En la actualidad, existen seis siluetas con sello made in Spain en la clasificación mundial de los cien primeros coches por ventas.

Esa cifra podía llegar a la decena fácilmente hace no tantos años.

El Volkswagen Polo (séptimo), el Audi A3 (35), el Opel Corsa (46), el Ford Kuga (71), el Renault Captur (89) y la Ford Transit en su variante Connect (97) conforman esa representación.

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