Dani García ganó su primera estrella Michelin con sólo 25 años. Y, pese a su juventud, a esa edad ya contaba con un extenso currículum entre fogones. “En mi casa la cocina ha sido importante desde siempre, aunque hasta ahora nadie se hubiera dedicado profesionalmente a ello. Entre semana cocinaba en casa con mi madre y los fines de semana con mi padre. Recuerdo que me gustaba ir al mercado los sábados con él y comprar los productos para hacer la comida en casa. Y también que le acompañaba al puerto pesquero y a la playa, a tirar del copo, una tradición pesquera típica de Málaga que ya no se practica”, explica a Fleet People.
Aunque de pequeño se le pasaron otras ideas profesionales por la cabeza (como la de ser futbolista), en el momento de la verdad tuvo claro que quería ser cocinero.
“Siempre me ha gustado cocinar y nunca he perdido la ilusión por hacerlo, incluso en los momentos difíciles, cuando nadie pensaba que valía para ello. En cuanto pude, me apunté a La Cónsula [la Escuela de Hostelería de Málaga]. Mi madre pensaba que hacía una locura”, asegura.
Hoy en día, la cocina, además de la profesión del chef, es su pasión y su forma de vida. Y ese impulso es el que le ha movido a esforzarse al más alto nivel, hasta conseguir la tercera estrella Michelin para su restaurante marbellí, situado en la Urbanización Puente Romano. Cuándo le preguntamos qué hay que tener para conseguir una estrella Michelin nos contesta con una tremenda humildad: “Tanto para una como para tres, hay que tener ganas e ilusión. Es un premio que reconoce el esfuerzo y el trabajo constante y en equipo”. En cuanto a lo que le ha cambiado este galardón, el chef también lo tiene claro: “No ha cambiado nada. La ilusión y la pasión siguen siendo las mismas que el primer día. Tanto en mí, como en el resto de personas con las que trabajo”, subraya a esta revista.
… Pero él prefirió conquistar la tierra
Para muchos chefs, conseguir una estrella Michelin supone la consagración de su carrera; y conseguir tres, algo así como tocar el cielo con las mano.
Para García también ha sido un hito importante: “Recibir la tercera estrella Michelin ha supuesto un privilegio enorme, porque mi restaurante es el primer tres estrellas de mi tierra, tanto en Marbella como en la provincia. Es un lujo”, reseña a Fleet People.
Sin embargo, 22 días después de ser galardonado, el chef reunió a todo su equipo para anunciar que el 22 de octubre de 2019, el triestrellado restaurante cerraría sus puertas para siempre. Y el momento fue recogido en un emotivo vídeo difundido a través de sus redes sociales. La decisión resultó incomprensible para muchos (incluyendo a su madre, tal y como explica él mismo en la grabación), pero los que han trabajado mano a mano con él sabían que estas tres estrellas marcarían el fin de una era para Grupo Dani García…
Y el inicio de otra.
Que, una vez conseguido este sueño, el chef saldría a conquistar otros.
Así, los motivos que le mueven son puramente personales y profesionales, ni sombra de problemas económicos ni de crisis, ni de nada que se le parezca.
Su primer objetivo, ahora, es trabajar para democratizar la alta cocina, para que deje de ser algo elitista para unos pocos: “La alta gastronomía no debe encasillarse en un único perfil de comensales. Mi cocina se dirige a todo tipo de público y me gusta que todo el mundo pueda disfrutar de ella. Me emociona despertar en las personas recuerdos de su infancia; una sensación única y especial a la hora de comer”, explica el chef.
El segundo propósito de García en esta etapa profesional es expandir la cocina andaluza, por todo el mundo.
Tras trabajar intensamente durante un año entero en Atelier, su laboratorio personal, el chef alumbró a comienzos del año pasado Arcadia, un menú en el que se plasma la tradición heredada y la sabiduría de los recetarios populares andaluces.
“Arcadia es Andalucía. Es mi visión personal de mi propia Andalucía. Y mi cocina es eso, Andalucía”, declara.
Amparado bajo estos dos objetivos, el chef se propone avanzar en su carrera (y en el mundo) expandiendo los conceptos culinarios que ya tienen él y su equipo, con la inauguración en unos meses de su restaurante BiBo en el aeropuerto de Málaga y la próxima apertura de restaurantes especializados en carne de vacuno (conocidos como steakhouses). Cuando le preguntamos qué le pide al futuro, responde con mucha humildad (de nuevo).
“Seguir viviendo de esta profesión y poder llevarla a todos los públicos y puntos del mundo”. Y si Dani García se lo ha propuesto, así será.