La Comisión Europea ha reafirmado sus planes de eliminar las ventas de automóviles que dispongan de motores de combustión de gasolina y diésel a partir de 2035, tras asegurar el comisario europeo de Clima, Wopke Hoekstra, que la hoja de ruta de Bruselas sigue vigente, así como límites de emisiones más estrictos para los fabricantes —la normativa CAFE— que entrarán en vigor el próximo año.
Italia y República Checa, especialmente, han presionado a la Comisión Europea en los últimos meses con el fin de que revise sus objetivos medioambientales para el sector de automoción.
A pesar de que ambos países han apuntado en varias ocasiones a la caída de ventas de coches eléctricos en el mercado porque los consumidores no los adoptan en masa, el comisario ha explicado que las normas sobre emisiones ya trazadas aseguran a la industria «un marco estable para invertir en el futuro».
Recientemente, la Comisión Europea introdujo una modificación a la prohibición de 2035, permitiendo la venta de vehículos propulsados por e-fuels, una decisión que fue ejecutada a petición del Gobierno alemán y que nos e complementará con vehículos que puedan usar biocombustibles, ha admitido Hoekstra.