«Si el taxi no se digitaliza, no sobrevivirá»

Con su característico fular (“la gente que me conoce sabe que los llevo siempre”, le dice al fotógrafo durante la sesión) y una voz estentórea, en un primer acercamiento el hombre que maneja las operaciones en España y Portugal de la mayor app de petición de taxis de Europa parece hecho más para dedicarse al teatro que a la movilidad urbana. Pero él mismo se encarga de aclarar que una y otra cosa no están tan lejos: “MyTaxi es arte. Es un diálogo constante con los taxistas y los clientes”. Lo suyo con las ciudades inteligentes es vocacional, asegura. Y cuando la fusión con Hailo está a punto de materializarse, dejando en sus manos 10.000 de los 100.000 vehículos con que contará la plataforma resultante en todo el continente, le preguntamos por lo que depara el futuro al sector. Su empresa matriz, Daimler (dueña también de Car2Go y de la aplicación de inteligencia artificial Moovel, además de Mercedes-Benz y Smart), tiene mucho que decir en él.

PREGUNTA— ¿Cómo va a desarrollarse la integración de Hailo y MyTaxi? ¿Qué tiempos manejan?

RESPUESTA— Técnicamente es una fusión, pero Daimler compra el 60%, con lo cual es una adquisición-fusión. España ha tardado un poco más que el resto de mercados en dar la aprobación legal, pero la migración ya ha comenzado tanto aquí como en Reino Unido e Irlanda (los tres mercados donde existe Hailo). Hay que explicarle todo al taxista primero, y una vez hayamos terminado, empezaremos con los clientes. Calculamos que antes del verano estará todo completado, pero a lo mejor nos interesa por alguna razón que sea ya en septiembre.

PREGUNTA— Nuestro país era el segundo mercado más grande de MyTaxi, tras Alemania. ¿Cómo queda después de la concentración?

RESPUESTA—Sigue siendo muy importante, pero ahora están por delante Alemania e Irlanda. Estamos peleando con Reino Unido por el tercer puesto. Madrid lucha con Londres por ser la primera ciudad. Durante casi un año estuvo por encima de Berlín y Hamburgo, que son el origen de MyTaxi. Es un éxito absoluto, pero al haber entrado las capitales británicas, ya no está tan claro el liderato.

PREGUNTA— ¿Qué resultados esperan para este 2017?

RESPUESTA—Es un año complicado, no me atrevería a dar una cifra de crecimiento. Es verdad que los hemos tenido de dos dígitos y los seguimos teniendo, sobre todo en ciudades como Madrid, que nunca ha pegado un bajón. Va a depender del éxito de esta migración técnica, que parece que será importante: tiene pinta de que van a migrar, si no todos, más de un 90% de los taxistas de Hailo. En realidad, las antiguas emisoras y las apps tenemos el problema de que no somos capaces de cubrir la demanda en todo momento. Cuando hay un gran evento en la ciudad, por ejemplo. Es uno de los sentidos de la fusión: tener una flota mayor para poder cumplir.

PREGUNTA— Otro motivo era el coste de introducirse en los mercados anglosajones, y acaban de adquirir la app griega TaxiBeat por el mismo motivo. ¿Se va a seguir la misma estrategia en otros mercados?

RESPUESTA— Sí se puede dar que absorbamos otras apps locales en el futuro y crezcamos de esa manera. Entrar desde cero puede ser complicado, sobre todo si hay plataformas digitales que ya operan allí. Desde el punto de vista continental, MyTaxi es muy fuerte, y el objetivo de Daimler es convertirla en la número uno de Europa. Somos conservadores, no vamos a volvernos locos y a entrar en diferentes continentes. ¿Qué nos faltaba? Reino Unido e Irlanda. También otros países, pero esos mercados son claves para el taxi y el turismo. Haber entrado sin esta fusión hubiese supuesto un montón de tiempo y de recursos. Por circunstancias, llegábamos tarde. Tenía mucho sentido hacerlo así.

PREGUNTA— ¿Prevén ahora expandirse a otras ciudades o zonas españolas?

RESPUESTA—Había planes, pero ahora está todo paralizado por la migración. La clave por el momento es que ésta salga perfecta. A partir de ahí, para 2018, podremos plantearnos entrar en alguna ciudad del Norte de España o en las islas, tanto Baleares como Canarias. No podemos abrir a lo loco en una nueva localidad, con lo que eso cuesta.

PREGUNTA— Aunque operan a través de taxis con licencia, parte del sector se muestra receloso hacia su modelo de negocio. ¿Cómo afronta esa suspicacia?

RESPUESTA—La verdad es que va a menos, aunque algunos se obsesionan con que esto es malo. Sí que nos ha costado mucho cambiar la mentalidad del taxista. Hay un vínculo emocional con las antiguas emisoras, por mucho que se den cuenta de que ya no funcionan, de que no sirven para el siglo XXI. Hubo early adopters, gente que nos apoyó desde un principio, pero siempre hay también quien, aunque lo vea, no quiere aceptarlo. Existe un cierto recelo, sí: si no es por la tecnología, es porque nos hemos convertido en una multinacional, y si no, porque estamos creciendo muy rápido. Siempre hay algo. Pero cada día hay menos críticas gratuitas. Y con la fusión, algunos decían: “Ya está, quieren acaparar el mercado”. Pero la mayoría ha pensado: “La única manera de que el sector sobreviva en este entorno de nuevas aplicaciones, como Uber o Cabify, es a través de MyTaxi, que está modernizándolo”. Si el taxi no se digitaliza, no conseguirá sobrevivir junto a esas soluciones de movilidad que ya nacen digitales. Y además necesita músculo financiero.

PREGUNTA— Precisamente en los últimos tiempos ha habido movimientos hacia centralizar las aplicaciones propias de las emisoras en una sola para hacer frente a la fusión de MyTaxi y Hailo.

RESPUESTA— Es difícil que a nivel local se pueda impulsar esa digitalización si no es dentro de una empresa como Daimler. Los taxistas lo están aceptando, que las reglas del juego están cambiando y que ahora, como mínimo, tenemos que competir a nivel continental. Como mínimo. Eso si no podemos a nivel intercontinental, como Uber. En España, todos los extranjeros que vienen de Alemania, Italia, Polonia, y ahora también de Reino Unido, van a utilizar MyTaxi. ¿Cómo va a competir una empresa local? Podrá subsistir, probablemente si se focalizan en un nicho. Pero es muy difícil que puedan escalar. Además, muchas tienen estructuras de call center. ¿Cómo reciclan a esa gente en otros puestos que demanda el siglo XXI, como los de Big Data o de inteligencia artificial?

En una sociedad digital no puede haber  monopolio de movilidad, pero que tampoco se destroce al taxi para dar más licencias VTC

PREGUNTA— ¿De qué forma usa MyTaxi ese recurso del Big Data? ¿Qué supondrá a largo plazo?

RESPUESTA— En primer lugar, respetamos la normativa europea que garantiza la privacidad de nuestros usuarios. Usamos esa información para mejorar la movilidad. Para explicar a nuestra flota dónde están en cada momento los puntos calientes, con más demanda, para organizar mejor su trabajo. Y para establecer relaciones con los Ayuntamientos desde esta óptica: “Aquí está la experiencia de MyTaxi de lo que ocurre en esta ciudad. ¿Hay un problema de movilidad? ¿Cómo se podría resolver?” Por otro lado, MyTaxi está englobado en una plataforma que utiliza inteligencia artificial para que, en un momento dado, una misma app centralice MyTaxi, Car2Go, los medios públicos, los drones para el transporte…

PREGUNTA— Daimler cuenta con taxi y alquiler de eléctricos. ¿Le falta algo en el segmento VTC (Vehículo de Transporte con Conductor)?

RESPUESTA— Considero que los VTC son ‘otras’ soluciones de movilidad. Pueden existir, es absurdo pedir lo contrario. El problema es que no están cumpliendo con la regulación. Por ejemplo, esos coches tendrían que estar en una base desde la que ser requeridos por los clientes. Pero eso no está sucediendo. Si ven que no es posible, habrá que sentarse todas las partes y buscar una regulación buena para ellos y para el taxi. En una sociedad digital, no puede haber un monopolio de la movilidad. Pero que tampoco se destroce este sector para dar más licencias a los VTC. Porque el taxi como servicio público es necesario para garantizar la movilidad de la ciudad, pase lo que pase. Si no hay tarifas reguladas, puede haber problemas o subidas de precio repentinas.

PREGUNTA— Usted suele insistir bastante en que el taxi se mantenga como un servicio público.

RESPUESTA— Esa es la posición clara de MyTaxi, y la mía desde siempre. El día en que eso no sea así, dejaré la compañía. Creo en ese tipo de valores, y si cambian, pensaré que tengo que irme a explorar otras industrias, como el internet de las cosas.

PREGUNTA— ¿Qué piensan hacer para mejorar la experiencia de los clientes en el futuro?

RESPUESTA— La aplicación será como quieran ellos, siempre que la regulación nos lo permita. Por ejemplo, nos pedían MyTaxi Delivery, que consistía en que los taxis pudieran hacer acuerdos con El Corte Inglés, Mediamarkt o quien fuera, y ser repartidores. Pero la regulación no lo permitía. ¿Y qué hice? Respetar la ley, que es mi principio. Pude haber hecho como Uber: lo saco, y como es muy disruptivo, provoco el debate y la controversia. No. Si no se puede, no lo hago. Y pierdo millones de euros de Ebitda. Pero tendré que hablar con la Administración de manera pacífica para que cambien y pueda lanzarlo.

PREGUNTA— ¿Habrá alguna novedad a corto plazo?

RESPUESTA—Sí, lanzaremos una este año que tendrá que ver con compartir trayectos. Si coincide en una empresa que hay dos ejecutivos que van al aeropuerto, y dos kilómetros más allá en la ruta hay otro cliente, a lo mejor tiene sentido compartir esa carrera. El taxista va a cobrar igual, o a lo mejor más. Pero se divide el precio. Y se ahorra en contaminación, en gasolina… A lo mejor, la solución al problema de movilidad no es contar con 200.000 taxis. Quizá deberíamos optimizar el uso de los que ya hay a través de la app. Esto es economía colaborativa. Si realmente las Administraciones se lo creen, vamos a mejorar compartiendo los recursos.