Los gigantes del automóvil Ford y General Motors han anunciado la activación de un programa especial que permitirá prolongar la aplicación del crédito fiscal de 7.500 dólares para el leasing y renting de vehículos eléctricos más allá de la fecha de expiración fijada por el Gobierno de EEUU, el 30 de septiembre, según han confirmado concesionarios y documentos internos de las dos marcas citados por Reuters.
Las divisiones financieras de ambas compañías ya han empezado a adquirir los vehículos en stock de sus concesionarios abonando entradas y siempre en las operaciones que cumplen con los requisitos que exigía la normativa para acceder a los créditos fiscales vigentes hasta ahora.
En la práctica, lo que han efectuado las divisiones financieras de las dos compañías es adquirir vehículos eléctricos en bloque a través de sus propias concesiones aprovechándose de la ayuda fiscal de 7.500 dólares para que dichas operaciones entre en en plazo (antes de que concluya el 30 de septiembre).
Gracias a este esquema, los concesionarios podrán seguir ofreciendo leasing y renting a clientes autónomos y empresas medianas y pequeñas durante varios meses, un movimiento que busca mitigar el impacto del fin de una ayuda que ha estado vigente durante años y que ha sido clave para impulsar la penetración del vehículo eléctrico en Estados Unidos.
Riesgo de caída en matriculaciones
«Trabajamos con nuestros concesionarios de General Motors en una oferta extendida para que los clientes se beneficien del crédito fiscal en arrendamiento de eléctricos», ha señalado la compañía a Reuters.
Ford, por su parte, ha afirmado que «está trabajando para proporcionar a los clientes de eléctricos de Ford pagos competitivos en arrendamientos a través de Ford Credit hasta el 31 de diciembre».
Tanto los analistas de mercado como los propios concesionarios han advertido de que las matriculaciones de eléctricos «se desplomarán tras la expiración del incentivo», tras varios meses de elevada demanda por parte de compradores que buscaban adelantarse a la fecha límite del 30 de septiembre.
La medida se enmarca en la reforma fiscal aprobada en julio por el presidente Donald Trump, que fijó el final del crédito en el 30 de septiembre.
Según fuentes del sector, Ford y GM han diseñado estos mecanismos tras mantener conversaciones con IRS, la Agencia Tributaria de EEUU, que conminó a las dos marcas a que los vehículos debían adquirirse antes de la fecha límite para acceder al crédito, especificando que «puede demostrarse la compra mediante un contrato vinculante por escrito y un pago efectuado antes del 30 de septiembre».