El gigante automovilístico Volkswagen está evaluando medidas de recorte de costes en su marca principal y ha fijado un objetivo de ahorro de 4.000 millones de euros a través de reducciones en las óminas que podría alcanzar el 10%, además de congelar los mismos durante un periodo de al menos dos ejercicios.
Así lo recoge el periódico alemán Handelsblatt, que cita fuentes de Volkswagen que apuntan a que el grupo «prevé reducir gastos y aliviar la presión financiera en un entorno económico complicado».
Los empleados alemanes de Volkswagen han reiterado, de su lado, su preocupación por la que consideran como una falta de estrategia «clara» de la automovilística de cara a su futuro, una opción que ha descartado la dirección del fabricante, que afirma que está trabajando en un nuevo plan estratégico.
Además de los recortes en el salario, opciones que se han manifestado dentro del grupo incluirían de modo potencial la reducción de la política de incentivos anuales para los ejecutivos de alta dirección de la compañía, así como la reconsideración de la política actual de abono de trienios.
Fuentes apuntadas por Handelsblatt de dentro de la empresa señalan que las conversaciones de Volkswagen con el sindicato son constantes y «se centran en equilibrar las necesidades de ahorro con los compromisos laborales».
La dirección de Volkswagen y representantes laborales de sus plantas alemanas se reúnen con carácter semanal desde octubre pasado para analizar las áreas donde se pueden aplicar los recortes y definir los modelos de automóviles que cada factoría local fabricará en el futuro. Estas reuniones, que exploran cómo adaptar la producción a las condiciones del mercado, también buscan identificar oportunidades de ahorro operativo en cada planta para cumplir con los objetivos de ahorro de la marca.