Las grandes marcas premium germanas están atravesando un periodo complicado, por la caída de las ventas en China y por unas enormes inversiones en electrificación que no están teniendo reflejo en los resultados comerciales.
Pero hay modelos que son una garantía de éxito, y entre ellos está el Q5. Es el modelo más vendido de Audi tanto en EEUU como en Europa, y ha sido un éxito comercial desde que se puso a la venta la primera generación en 2008.
La que se acaba de lanzar es la tercera generación y todo es nuevo, aunque lógicamente su diseño, una de las claves de su éxito, es similar al de su predecesor. Se comercializa con la carrocería normal o la Sportback (con la parte trasera tipo coupé) que supone un sobreprecio aproximado de 2.200 euros.
Los nuevos grupos ópticos le otorgan una nueva mirada. El capó es más alto y la parrilla single frame, rasgo fundamental de la marca, es más redondeada y han cambiado el diseño de la rejilla. En los flancos destaca un perfil que asciende desde la rueda delantera hacia la trasera. El portón termina en forma de alerón y en la zaga las luces van unidas horizontalmente mediante leds.
Además, la tecnología Oled para los grupos ópticos traseros potencia su imagen vanguardista.
En todo caso lo más importante es que emplea la nueva plataforma PPC (Premium Platform Combustion) desarrollada para coches con motor de explosión. Se comercializa con tres opciones de motorización, dos mecánicas de gasolina y una diésel, las tres con hibridación MHEV Plus (llevan etiqueta Eco de la DGT).
Audi My Renting ofrece un Q5 Advanced desde 605€ al mes con una entrada de 15.730€
Este sistema emplea un generador que puede aportar hasta 24CV de potencia eléctrica. El 2.0 TFSI es el básico, rinde 204CV y se puede adquirir con tracción delantera o total (quattro).
El 2.0 TDI alcanza la misma potencia, 204CV, y con su bajo consumo y enorme autonomía cautivará a profesionales que hacen muchos kilómetros y siguen siendo fieles al diésel. Esta motorización incluye de serie la tracción quattro.
Los clientes que demanden más deportividad la encontrarán en la versión SQ5, 3.0 V6 turbo (TFSI) de 367 CV y tracción quattro. El cambio automático de doble embrague y siete marchas es de serie para las tres versiones.
Un habitáculo de gran calidad
En el interior la calidad y el diseño de Audi, y hasta su olor, tiene pocos rivales. El salpicadero muestra líneas más limpias y menos botones. Destacan dos grandes pantallas unidas, la de la instrumentación para el conductor y la táctil central.
Otro cambio interesante es que en la consola central ya no hay palanca de cambio sino un mando para seleccionar las marchas, y también hueco para dos bebidas.
También será muy apreciado por los usuarios la plena conectividad para el smartphone (lleva una bandeja de carga inductiva, sin enchufe) y el asistente de voz Audi assistant. Su uso es sencillo, permite controlar muchas funciones y ChatGTP va integrado.
La capacidad del maletero es de 520 litros (470 el Sportback) y el asiento trasero puede desplazarse longitudinalmente y también inclinarse. Hay tres acabados disponibles: Advanced, S line y Black line. Desde el básico es bastante completo también en cuanto a seguridad, y los dos superiores potencian sobre todo el resultado estético.
Los precios van desde los 61.600 euros del TFSI a los 94.690 euros del SQ5. El excelente TDI cuesta 65.250 euros.
Audi My Renting ofrece un Q5 Advanced desde 605 euros al mes con una entrada de 15.730 euros.
El Q5 se fabrica en la factoría mexicana de San José Chiapa, en Puebla (México).
