A todo el mundo le gusta que se reconozca su trabajo. Que exista sensibilidad hacia lo que uno hace. Una cosa así ha hecho la Embajada de la República Checa recientemente en Madrid, en un evento que contó con ilustres invitados y con, cómo no, una significativa participación de Skoda, la marca de automóviles que comenzó su historia en 1895 como constructor de bicicletas en el entonces país dependiente del Imperio Austrohúngaro.
Skoda, que se acerca al millón de vehículos producidos con carácter anual en su país de origen, fabrica dos de cada tres coches que se construyen en la región, participa con un 5% del Producto Interior Bruto y del 9% del total de exportaciones de la República Checa. “Se trata de establecer un reconocimiento con las empresas de la República Checa que tienen sucursales en España y que son importantes para el sector y para el país”, explica Fidel Jiménez de Parga, director general de Skoda en España, en una conversación con Fleet People.
El directivo, que efectuó un discurso enfocado hacia el futuro en el evento, subraya que la influencia de la marca que dirige en la economía no solo se circunscribe a su contribución intrínseca, sino también a la que aporta esa malla corporativa de compañías cuya actividad depende en mayor o menor medida del constructor de automóviles. “De las 11 empresas fundamentales que están representadas en este acto, al menos nueve tienen algún tipo de relación con nosotros”, explica Jiménez De Parga, a quien rápidamente le tenemos que preguntar por la evolución del nuevo Scala, el vehículo compacto de referencia de la casa, un newcomer en flotas con el que posa encantado para esta publicación.
“Estamos teniendo un feed back muy bueno por parte de las empresas, con los que estamos realizando, por denominarlo así, una labor evangélica cediendo vehículos para que comprueben las prestaciones y capacidad del Scala”, apunta el ejecutivo, quien hace notar que, en un mercado como el de empresas, enormemente competitivo, características del modelo como la habitabilidad “y su maletero, el mayor de su segmento”, le sitúan como una opción que debe tenerse muy en cuenta.
¿Algún ‘pero’? Por pedir, Fidel Jiménez de Parga, quien ha depositado “muchas esperanzas” en el Scala, busca que las empresas de renting “reconozcan la apuesta de Skoda con este modelo y sitúe su valor residual donde debe estar”.
Completando el círculo
El Scala está llamado a completar el círculo del volumen comercial de la marca en el canal de renting, una actividad en la que la marca está creciendo a un ritmo superior al 7% en los cinco primeros meses del año. Y aunque el mercado de vehículos compactos ha pasado de suponer un 19,2% a un 15,4% en el corto plazo de tres años —en detrimento de los SUV—, lo cierto es que un 15% del trozo del pastel es mucho trozo. De hecho, esa penetración de mercado del tipo de vehículo que representa el Scala es mayor si se observa el canal de renting, ya que se eleva hasta el 16%.
“De todas maneras, todavía es un pronto para opinar sobre el Scala”, confía Jiménez de Parga, debido a que está en una fase de lanzamiento incipiente. Pero sí que le ve visos de triunfo con fórmulas de adquisición nuevas como el renting para particulares, en un momento en el que “existen dudas en el mercado por parte de los clientes respecto de qué vehículo comprar. La verdad es que es una opción muy buena si lo que se desea es posponer una decisión de compra”, anota el máximo responsable de Skoda en nuestro país.
Esa indecisión, de acuerdo con Fidel Jiménez De Parga, responde a las incertidumbres tanto políticas como en relación con el debate tecnológico que atraviesa el sector de automoción en los últimos tiempos.
“Quizás hemos sido más optimistas sobre las previsiones de mercado que lo que vemos hoy, pero también nos gustaría que existiera una situación política más estable y posiciones más claras respecto al automóvil. Cosas así no ayudan a tomar decisiones de compra”, finaliza el directivo.
