Fiat y Arval se acaban de marcar un puntazo en el renting muy particular. La operación suma 3.000 unidades, que se dice pronto, así como si fueran ‘peanuts’. Salvando las distancias, que oiga, que sí, que las salvamos, Jaguar vendió 3.545 coches en España en todo el año pasado. Y SsangYong —por Dios, que alguien cambie de una vez ese nombre—, 3.800 unidades.
No está mal. Nada mal.
El cliente particular está empezando a catar el renting. Parece que le gusta. Al final, y ya lo hemos comentado en alguna ocasión, la demanda existe. Y muchas marcas, y las grandes operadoras de renting, ofrecen cada vez más fórmulas sencillas de alquiler con servicios y en las que cada vez más se ven todas las letras del contrato.
Esto es bueno. Y es importante.
Pensemos por un momento en que el renting para autónomos y particulares sumó el año pasado en España 17.000 matrículas nuevas. De entrada, más de 4.000 se las llevó Seat, en una macrooperación dividida en dos partes con los ‘blockbuster’ Ibiza y Arona como indiscutibles protagonistas. El comprador en la operación también fue Arval, y la distribuidora comercial, Caixarenting.
Imaginen por un momento si el sector del automóvil, de verdad, se lanza a por esta fórmula de adquisición con servicios incluidos como un nuevo objetivo —real— comercial
De hecho, si ven las matriculaciones del pasado mes de enero y los líderes en renting, Ibiza y Arona comandan la clasificación, recogiendo lo sembrado meses atrás.
Quiero decir con esto que si unas pocas marcas y empresas de renting están arrasando en el mercado de particulares, imaginen por un momento si el sector del automóvil, de verdad, se lanza a por esta fórmula de adquisición como nuevo objetivo —real— comercial.
Que estar están todos en ello, sí, pero la gran mayoría así como que no. Que el renting sí, pero que al final, no.
Anímense, hombre, Que sí, que la cosa está dura y hay que batirse el cobre con el precio todos los días. Pero entre todos se puede dar el empujón definitivo al renting privado.
Y ahora es cuándo, que diría el humorista. ¿Cuándo, si no? A por ello.