Melody Gardot (2 de febrero de 1985, New Jersey, EEUU) encontró la música, y el jazz, de pura casualidad. Con 19 años, tuvo un accidente de tráfico —un camión la embistió cuando circulaba con su bicicleta—, y durante el largo proceso de convalecencia aprendió a tocar la guitarra y a cantar. Todavía hoy está obligada a llevar gafas oscuras, se sirve de un bastón y es hipersensible al ruido y a la luz, pero nada de ello ha podido frenar sus cualidades innatas. En 2005 lanzó su primer disco de larga duración (Some Lessons: The Bedroom Sessions), con siete temas en los que se advertía claramente la lucha contra la realidad que le había tocado vivir. Ese primer trabajo fue directamente su consagración y obtuvo el reconocimiento de todo el establishment jazzístico mundial. Le permitió grabar su primer álbum, Worrisome Heart (2008), al que siguió My One and Only Thrill un año más tarde, del que se han vendido más de un millón y medio de copias en el mundo. La cantante y compositora estadounidense ha presentado hace poco tiempo su cuarto trabajo, Currency of Man, que presentó en directo en España el pasado mes de julio en Madrid, Vigo y San Sebastián y que es simplemente imprescindible.
Melody Gardot o la maravilla musical con final feliz
