El Consejo de la Unión Europea acordó el martes un acuerdo para establecer los requisitos que garanticen que los vehículos nuevos que se comercializan a lo largo de Europa estén diseñados para facilitar su reutilización y reciclado.
La medida se enmarca en el régimen de responsabilidad ampliada del productor (EPR, por sus siglas en inglés), que obliga a los fabricantes a asumir la responsabilidad sobre la gestión de sus productos al final de su vida útil.
Según un comunicado oficial de la institución europea, el reglamento introduce por primera vez un objetivo obligatorio de uso de plásticos reciclados en la producción de vehículos y abre la puerta a establecer objetivos adicionales en el futuro para materiales como el acero, el aluminio y determinadas materias primas críticas.
Estos criterios buscan impulsar la economía circular en el sector de la automoción y reducir la dependencia de recursos vírgenes.
La Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) ha acogido con «prudencia» la propuesta del Consejo, y a través de su directora general, Sigrid de Vries, ha indicado que «las nuevas normas sobre reciclado de vehículos fuera de uso deben ser técnicamente viables y formar parte de un marco coherente», si bien ha puntualizado de modo adicional que «transformar el reciclaje en automoción no sucederá de la noche a la mañana».
El Consejo de la UE abrirá a partir de ahora una nueva fase de negociación con el Parlamento Europeo para acordar la redacción definitiva del reglamento, cuyo alcance afectará tanto a los fabricantes de vehículos como a los gestores de residuos, empresas de reciclaje y proveedores de materias primas recicladas en toda la cadena de valor de automoción.