La entidad crediticia Banco Santander, a través de su filial en el Reino Unido, ha expresado una «oposición firme» al mecanismo de compensación propuesto por la Financial Conduct Authority (FCA), el equivalente al regulador del mercado financiero español, para resolver las reclamaciones ligadas a las comisiones ocultas en préstamos para la adquisición de automóviles que se aplicaron en el país por parte de los bancos y determinados intermediarios —incluyendo empresas de renting y leasing— desde 2007 hasta finales del año pasado, y que involucran a cerca de 14 millones de compradores de vehículos.
La entidad considera que la fórmula diseñada por el supervisor no refleja con precisión los casos reales de irregularidades y que, por tanto, «no constituye» un método adecuado para fijar reembolsos.
El contexto del planteamiento se encuentra en la investigación publicada por la FCA, que estima un volumen potencial de compensación que podría alcanzar hasta 11.000 millones de euros, tal y como avanzó Fleet People el pasado 12 de octubre.
El organismo británico sostiene que, antes de la prohibición de determinadas comisiones en el ámbito de la financiación de coches, en 2021, algunos intermediarios aplicaron modelos de comisión que incentivaban incrementos en el tipo de interés final del cliente, por ejemplo, un esquema que generó reclamaciones masivas en el mercado por parte de los consumidores y que ha llevado al regulador a plantear una solución colectiva.
La FCA considera probado que, en un número relevante de contratos, el consumidor «soportó costes añadidos» derivados de la estructura de remuneración del distribuidor y ha instado a que las entidades afectadas compensen a los clientes con un método estándar que calcula posibles sobrecostes en función del diferencial aplicado.
Según la propuesta de la FCA, hasta 14,2 millones de personas podrían recibir una media de 700 libras esterlinas cada una (unos 820 euros).
«Es fundamental que zanjemos esta cuestión para que el mercado de financiación de automóviles siga generando confianza y pueda seguir prestando servicio a millones de familias cada año», ha asegurado la FCA.

Santander no está de acuerdo
La postura de Santander UK diverge de ese enfoque, ya que entiende que el modelo que FCA toma como base refleja «un cálculo hipotético que no representa de forma fiable las decisiones comerciales de cada contrato ni identifica si ha existido un perjuicio individual».
El banco considera que el planteamiento del regulador puede inducir a la ejecución de compensaciones que «no se ajustan a los hechos de cada expediente» y ha reclamado al respecto un análisis más profundo que valore la naturaleza específica de cada operación.
Al respecto, Santander UK especifica que, incluso en algunos casos, el método de la FCA asigna «perjuicios donde no existieron».
En este sentido, la entidad aboga por la utilización de «indicadores verificables y en comparaciones reales, no en modelos genéricos que no distinguen» entre estructuras comerciales distintas.
La entidad afirma que continúa cooperando con el supervisor y que revisará cada reclamación conforme a las directrices finales, pero mantiene que el plan actual requiere ajustes significativos para que las compensaciones respondan a situaciones reales y no a estimaciones teóricas. El banco sostiene que un marco preciso reduciría litigios posteriores, aportaría claridad regulatoria y permitiría ofrecer soluciones más acordes a los hechos.










