Alemania ha decidido extender hasta 2035 la exención del impuesto de matriculación para los vehículos eléctricos, una medida con la que el Ejecutivo busca dar oxígeno a su industria automovilística en plena transformación hacia la movilidad descarbonizada.
Según informa Bloomberg, el ministro de Finanzas, Lars Klingbeil, presentará en los próximos días el proyecto de ley que prolongará el beneficio fiscal, según confirmó el portavoz del ministerio Maximilian Kall durante una comparecencia en Berlín.
La medida, que debía expirar en enero de 2026, permanecerá vigente nueve años más y supondrá un coste estimado de 600 millones de euros para las arcas públicas hasta 2029.
En palabras del propio Klingbeil, recogidas por la agencia DPA, el objetivo es “poner más automóviles eléctricos en circulación en los próximos años”, una meta que el Gobierno considera clave para mantener la competitividad del país frente al avance de China y a la incertidumbre regulatoria que pesa sobre el mercado europeo.

Aliviar la presión sobre el sector automovilístico
El anuncio llega apenas unos días antes de una nueva cumbre del automóvil, convocada para el 9 de octubre, en la que el Ejecutivo alemán debatirá con fabricantes y sindicatos fórmulas para sostener la transición industrial del sector.
La cita se produce bajo un contexto especialmente complejo: Volkswagen ha vuelto a reducir producción y el proveedor Robert Bosch ha comunicado el recorte de 13.000 puestos de trabajo.
El mercado interno, pese a todo, muestra signos de recuperación parcial. Según la patronal KBA, las matriculaciones de vehículos eléctricos en Alemania se han incrementado un 32% en septiembre, hasta 45.495 unidades, impulsadas por un efecto sustitución tras el fin de las ayudas directas a la compra.
El Gobierno confía en que la prórroga del incentivo fiscal compense la retirada de subvenciones y mantenga la competitividad del coche eléctrico frente a los híbridos y los modelos de combustión.