Los fabricantes de automóviles Renault y Nissan están estudiando reactivar su alianza, que hasta recientemente se prolongó durante dos décadas, y después de consolidarse los recientes cambios en las gerencias directivas de ambos constructires.
Diversas fuentes han indicado al rotativo británico The Financial Times que los dos grupos «han retomado conversaciones internas» para evaluar un nuevo marco de colaboración industrial y societario.
El detonante principal de retomar las conversaciones es la situación de Nissan, que acumula una caída del 25% en su cotización en el último ejercicio y que afronta un proceso de reestructuración global con cierres de factorías y recortes de empleo.
A ello se ha sumado otro factor clave, la reciente salida de Luca de Meo de la máxima responsabilidad de Renault, que ha modificado la posición del grupo francés respecto de su participación en Nissan, cuya venta parcial quedó bloqueada en su día por la depreciación del valor del fabricante japonés.
The Financial Times ha señalado al respecto que De Meo era «partidario de reducir la presencia accionarial en Nissan y destinar esos recursos al crecimiento» del propio grupo francés.
El nuevo director ejecutivo de Renault, François Provost, está revisando ese enfoque y analiza de nuevo «qué beneficios operativos y estratégicos» puede aportar la alianza a medio plazo.
Renault mantiene cerca del 36% del capital de Nissan, incluyendo un 18,7% depositado en un fideicomiso pendiente de desinversión, aunque su derechos de voto están limitados al 15%.
Hay que recordar que la depreciación en el valor del fabricante japonés obligó este mismo ejercicio al constructor galo a apuntarse un impacto negativo de 9.500 millones de euros atribuido en exclusiva a su participación en la marca nipona.
Las fuentes consultadas por el FT, adicionalmente, señalan que el área de partnerships, dirigida durante años por Provost, «se ha convertido en una herramienta central» para reforzar la escala del grupo en mercados donde Renault carece de presencia directa.
