Los accionistas del grupo de lujo Kering, propietario de firmas como Gucci, Yves Saint Laurent o Bottega Veneta, han ratificado la designación de Luca de Meo como consejero delegado del conglomerado en una junta extraordinaria celebrada este martes. La votación registró un apoyo del 98,97% del capital social, lo que da luz verde a un relevo histórico en la compañía controlada por la familia Pinault.
De Meo, fichado el pasado junio desde Renault, sucede a François-Henri Pinault, que continuará como presidente del grupo. El directivo italiano asume la dirección ejecutiva de Kering con el mandato de relanzar un conglomerado que arrastra un elevado nivel de deuda y que atraviesa un periodo de debilidad en ventas en sus principales marcas. Se trata del primer directivo externo en ocupar la máxima responsabilidad en la empresa desde su fundación.
Su salida de Renault se produjo tras cuatro años al frente de la compañía francesa, a la que se incorporó en 2020 en plena crisis de gobernanza tras la detención de Carlos Ghosn.
Durante su mandato, de Meo puso en marcha el plan estratégico Renaulution, que reorganizó la estructura del grupo en torno a cuatro unidades de negocio y priorizó la rentabilidad frente al volumen.
El directivo impulsó además la electrificación de la marca con modelos como el Mégane E-Tech y el futuro R5 eléctrico, al tiempo que reforzó la posición de Dacia como pilar de rentabilidad dentro del grupo.
Bajo su liderazgo, Renault logró estabilizar sus resultados financieros tras años de pérdidas, con una mejora significativa en el margen operativo y una reducción del endeudamiento neto.
La salida de de Meo de Renault abre ahora una nueva etapa para el fabricante francés, que debe consolidar los avances de los últimos ejercicios sin la figura que pilotó su reposicionamiento.
En Kering, el ejecutivo italiano afronta el reto de reposicionar a la compañía en el mercado del lujo frente a rivales como LVMH o Hermès.










