lunes 10, noviembre, 2025

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El colectivo Boa Mistura quiere cambiar el mundo (empezando por la calle)

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Esther Alonso
Esther Alonso
Gran experta en el área de salud, sector periodístico en el que desarrolló buena parte de su trayectoria profesional, Esther Alonso lleva 15 años escribiendo sobre eyewear y estilo de vida, una pasión-profesión que le permite ofrecer a los lectores de Fleet People las últimas y mejores tendencias actuales en moda, restauración, viajes y cuidado personal. Un auténtico refugio de placer cotidiano para los amantes del genuino lifestyle. Además de Fleet People, ha colaborado con otros prestigiosos medios como El País, El Español y revistas especializadas como Psychologies o Lookvision.

Las ciudades son, a menudo, espacios hostiles donde practicidad, descuido y obligaciones roban espacio a la imaginación, al individualismo y, por supuesto, al arte. El equipo de artistas Boa Mistura se ha propuesto cambiar esto de un modo radical, abriendo ventanas en los muros que despierten en transeúntes anónimos los sueños y las ganas de vivir.

Boa Mistura desarrollan su trabajo en el espacio público y utilizan el arte como una herramienta de cambio y una forma de construir ciudades más humanas. Se conocieron cuando eran adolescentes y se hicieron colegas pintando grafitis para decorar su barrio (Alameda de Osuna, Madrid).

En un principio eran cinco: los licenciados en Bellas Artes Pablo Ferreiro y Juan Jaume, el publicista e ilustrador Pablo Purón, el arquitecto Javier Serrano y el ingeniero de caminos Rubén Martín, que abandonó el grupo hace unos meses. Cuando realizamos la entrevista uno de ellos, Jaume, está trabajando en Murcia en un proyecto en el que el grupo interviene cuatro edificios situados en un barrio conflictivo. Porque esa es la piedra angular de su trabajo: cambiar el aspecto de una zona para modificar la vida en ella.

Y funciona. Para llegar hasta aquí, han necesitado una trayectoria de casi dos décadas: “Empezamos a pintar en 2001, con 17 años, y en 2009 nos fuimos a Berlín un mes, porque uno de nosotros estaba finalizando sus estudios en esta ciudad. Allí empezamos a fantasear con ganarnos la vida así y, a la vuelta, buscamos un espacio para dedicarnos a lo que nos gusta en cuerpo y alma” explica Serrano a Fleet People. En 2010, lo que empezó siendo ‘pintar los fines de semana’, se convirtió en una profesión con la que pretendían (y han logrado) llenar la nevera cada mes.

“Somos muy disciplinados y exigentes con lo que hacemos, porque sentimos una gran responsabilidad por nuestro trabajo y un gran respeto por el de nuestros compañeros. Nos sentimos unos privilegiados por vivir de lo que más amamos”, afirma Purón.

 

Curando espacios (y comunidades)

En estos casi 10 años de vida profesional no les ha faltado trabajo. Los proyectos surgen, generalmente, por la iniciativa de alguna institución que les contacta para ofrecerles la posibilidad de intervenir algún espacio.

“Tenemos la suerte de tener cerrados algunos proyectos varios meses por anticipado, lo que nos da cierta tranquilidad. También hacemos proyectos autofinanciados cuando podemos. No nos importa tanto el dinero como trabajar en algo que genera en nosotros una alegría y un orgullo muy fuerte”, explica Ferreiro.

 

FOTOGRAFÍA: DANIEL SANTAMARÍA

 

Las intervenciones del grupo son muy diferentes, pero podría decirse que son expertos en hacer “acupuntura” de espacios: proyectos destinados a generar un cambio visual en una comunidad, barrio o ciudad que afecte también a las personas que habitan este espacio. “El color y las palabras, sirven de inspiración y generan una evolución social”, matiza Ferreiro. Han realizado su particular acupuntura por todo el mundo y, por supuesto, en España. El proyecto Crossroads, uno de los más completos, se gestó en una zona carente de Brasil llamada Brasilia. La acción consistió en usar los muros de los callejones para escribir palabras que definían a la comunidad (firmeza, amor, dulzura, orgullo y belleza) con la técnica de la anamorfosis, es decir, realizando murales que sólo cobran sentido desde un determinado punto de vista. El resultado, tanto artístico como social, fue notable.

Boa Mistura también es responsable de proyectos más discretos pero efectivos como Versos al paso, acción realizada en 2018 en colaboración con el Ayuntamiento de Madrid y mediante la que se pintaron más de mil creaciones poéticas de los madrileños en los pasos de cebra de la capital.

“Redibujamos la imagen de la ciudad a través de versos. Algo sencillo y bonito a la vez. El arte público tiene esta capacidad de inspirarte en lugares en los que parece que la ciudad te ha ido negando”, afirma Serrano. Además, la inspiración va en dos direcciones: “Trabajar en la calle nos permite tener una relación muy directa con el receptor, y eso es una gran ventaja. La mayoría de las veces recibimos un impulso positivo que nos motiva a seguir”, añade Purón.

Boa Mistura también lleva a cabo colaboraciones como la realizada el pasado verano con la marca de ropa Tiwel, para la que dibujaron estampados de llamas, aves y frutas tropicales junto a mensajes motivadores, inspirados en sus viajes.

El colectivo afronta el futuro con optimismo: seguirán trabajando para poner en valor el arte urbano.

Volverán a sorprendernos a la vuelta de cualquier esquina.

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