Circular con presión insuficiente en los neumáticos puede incrementar el consumo de combustible en hasta 45 litros por vehículo al año, elevar las emisiones de CO₂ y aumentar el riesgo de reventón, según un informe elaborado por la organización sin ánimo de lucro responsable de la gestión y reciclaje de neumáticos fuera de uso en España TNU.
La entidad estima que más de la mitad de los conductores europeos circula con presiones inferiores a las recomendadas, lo que provoca un exceso de consumo de 5.800 millones de litros de combustible y unos 13 millones de toneladas de CO₂ cada año.
En el caso del parque español, formado por más de 25 millones de turismos con una antigüedad media superior a los 15 años, mantener la presión adecuada permitiría reducir el gasto entre un 5% y un 10%.
Seguridad, eficiencia y mantenimiento responsable
El informe recuerda que una presión incorrecta compromete la seguridad vial, reduce el agarre y alarga la distancia de frenado y además cita a NHTSA —la Dirección General de Tráfico de EEUU— que calcula que la subinflación está presente en uno de cada cinco reventones y que, con una presión un 25% inferior a la recomendada, el riesgo de accidente se triplica.
Además de aumentar el consumo, la presión baja acorta la vida útil del neumático debido a que un déficit de 0,5 bar puede reducirla un 20%, y de un bar hasta un 30%, según TNU.
En términos globales, esto equivale a 271 millones de litros adicionales de combustible y 680.000 toneladas de CO₂ cada año, según los cálculos de la entidad.
La organización aconseja revisar la presión de los neumáticos al menos una vez al mes y antes de realizar trayectos largos, además de mantener la alineación y el equilibrado del vehículo.
También destaca que una conducción suave, sin aceleraciones ni frenadas bruscas, prolonga la vida útil del neumático y contribuye a una movilidad más sostenible.