El género del musical alcanzó una nueva cuota de popularidad en 1978, cuando emergió en el panorama una obra como Grease. Se consagró inmediatamente como un éxito mundial (costó seis millones de dólares y recaudó 400) y en un icono en vestimentas, peinados, canciones y en el uso de vehículos de época. Ya no sólo como atrezzo motorizado, sino como auténticos emblemas que definían el carácter de héroes, heroínas y villanos. Y ahí es donde sobresale el Ford Deluxe de 1948, como el rocín blanco del caballero andante.
Grease fue una revolución audiovisual para el momento. Poca gente no sabrá tararear alguna de sus famosas melodías o venirse arriba con sus vibrantes coreografías. Eso es un logro. A esto hay que sumarle la presencia del Ford Deluxe con la imagen de Danny Zuko (John Travolta) y Sandra Dee (Olivia Newton-John) recorriendo el campus, el baile en el taller tuneando el Greased lighting o la mítica batalla automovilística por el canal contra un Mercury Custom del 49.
El Ford Deluxe forma parte de una fabricación que se inicia en 1941 y termina en 1948, dando carpetazo al “viejo estilo” y a los acabados en madera. Por aquel entonces el techo retráctil se manejaba de forma eléctrica, contaba con unos tapacubos cromados originales y neumáticos anchos de banda blanca. Un vehículo destinado a familias numerosas, que en la película obra como caballo de batallas y de seducción. Grease simboliza si acaso el crepúsculo del high school y el paso a una nueva era, personificado en la banda encuerada y engominada de los T-Birds y en sus leales seguidoras The Pink Ladies. La relación emergente entre Danny y Sandy fusiona esos mundos antagónicos. Y nosotros recrearemos dos batidos, el néctar predilecto de los jóvenes americanos.
Batido de chocolate. Danny es el líder de los T-Birds, una banda de aires chulescos, chupas negras y “brillantina” a litros que maneja el instituto a su antojo. Su imagen oscura se antoja como el batido de chocolate. Echamos en un vaso batidor las cuatro bolas de helado (curioso, igual que el número de lacayos de su banda), el azúcar, el cacao y 1 vaso de leche. El azúcar nos catapulta a esa cara dulce de Danny por “acercarse” a Sandy probándose en diferentes deportes y a la propia metamorfosis del Ford Deluxe listo para el duelo con su temible rival.
Agregamos el resto de la leche y la nata. Volvemos a batir. Vertemos en un vaso alto y coronamos con nata montada y sirope de chocolate. Danny está listo para el número final.
Batido de fresa y plátano. Sandy Dee es una joven apocada, que sigue soñando con aquel chico del verano. Afiliada a Las Damas Rosas sufrirá un gran desengaño por parte de Danny y su lado pasota. Nosotros arreglaremos eso. Echamos las fresas, los plátanos, azúcar y la mitad de la leche en el vaso batidor. Mezclamos y echamos en un vaso alto. Coronamos con nata montada, sirope de fresa y trozos de fresa fresca.
Sandy es inocencia, pureza, todo color rosa… Pero tras los esfuerzos de Danny estará dispuesta a darle una oportunidad. Y ahí es donde los dos milkshakes colisionan en un baile apoteósico, You are the one that I want, haciendo que sus diferencias y sus sabores se entremezclen para crear una pareja infinita.
Y se alejan juntos, subidos en la carroza del Ford Deluxe, mientras despegan literalmente hacia el cielo. En nuestras mentes resuena We go together.
Y en nuestros paladares permanece el sabor de uno de los más icónicos tragos de la gastronomía americana.
Ingredientes (Batido de chocolate)
4 bolas de helado de chocolate, 3 vasos de leche, ½ vaso de nata líquida, 4 cucharadas de cacao en polvo, 2 cucharaditas de azúcar, Nata montada, Sirope de chocolate
Ingredientes (Batido de fresa y plátano)
250 g de fresas, 2 plátanos, 250 ml de leche, Azúcar, Nata montada, Sirope de fresa









