Los 171 millones de euros de multa que impuso la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) el pasado verano a la práctica totalidad de los fabricantes de automóviles y sus distribuidoras que operan en España han sentado como un tiro a un sector que engloba uno de los principales motores de la economía española y que genera una fenomenal cascada de millones de euros en forma de ingresos y beneficios, pero también de impuestos, al Estado español.
La minuta impuesta por Competencia, por entender que gracias a un pacto entre las compañías entre 2006 y 2011 el consumidor de automóviles habría obtenido menos descuentos al adquirir un vehículo, se corresponden con unos ingresos totales en 2014 (el año que ha referenciado la CNMC para multar) de las empresas sancionadas en el entorno de 20.000 millones de euros, según cifras obtenidas a través de fuentes del sector del automóvil.
En 2013, de acuerdo con datos obtenidos por Fleet People, Las 21 empresas multadas generaron una facturación conjunta de 18.724 millones de euros.
Sólo tres compañías en España obtienen cifras de este calibre en sus ingresos anuales. De hecho, las tres que más facturan en nuestro país: Repsol, Cepsa y Mercadona.
El ejercicio 2013 es el último año en el que la inmensa mayoría de las firmas de automóviles han presentado sus cuentas en el registro mercantil. Hasta agosto pasado sólo una firma había depositado sus cuentas de 2014, aunque también es cierto que desde que se entregan las cifras hasta que son distribuidas por los canales oficiales existe un lapso de tiempo que ni tiene por qué ser corto, ni suele serlo.
Aunque para cualquier corporación es obligatorio presentar las cuentas anuales, en España las empresas pueden retrasar la formalización pública de sus balances contables, y prácticamente cuanto quieran.
No existen sanciones al respecto.
“Sigo sin comprender la motivación de la multa. En ningún país europeo como en España existe una política de descuentos tan agresiva. Y no descarto un contenido político en esta sanción. Lo que sí veo es el alcance de la misma, que nos perjudica mucho y daña nuestra imagen de cara a nuestras casas matrices, que no olvidemos que son las que ponen el dinero en España en forma de inversiones. Este factor puede pesar mucho. No es bueno”, explica a Fleet People el consejero delegado de una de las automovilísticas afectadas, que prefiere no ser citado.
En estos meses, antes durante y después de que se consolidara la decisión de Competencia, una de las más recurrentes frases no sólo de las partes involucradas, sino también de agentes externos, se ha centrado en la erosión que las multas de la CNMC podría efectuar en los balances económicos de las firmas del automóvil que operan bajo suelo español.
La realidad es que, a pesar de Competencia, la gran mayoría de las filiales españolas de los fabricantes de automoción globales gozan de una muy razonablemente buena salud financiera.
Y lo mismo ocurre con buena parte de las firmas importadoras.
BMW, por ejemplo, ha recibido una sanción de Competencia de ocho millones de euros justos, una multa calculada en función de un parámetro —no explicado al detalle— establecido por la CNMC de entre el 0,10% y el 2% de la facturación de todas las compañías en 2014.
De la empresa bávara todavía no se conocen los resultados de ingresos de 2014 en España, aunque obviamente se los ha comunicado a Competencia, pero en el ejercicio de 2013 facturó un total de 1.012,9 millones de euros, un 6,4% por encima del registro de 2012. Si el cálculo se estableciera sobre dicha cifra, el índice sancionador de Competencia con BMW habría sido del 0,79%, aproximadamente.

Esta sociedad sí, esta no
En cualquier caso, si nos atenemos a los beneficios de la compañía en España en 2013, la multa resulta salvable para la empresa.
Ganó 18 millones de euros, casi 10 millones más que en el ejercicio precedente.
En principio, el resultado después de impuestos de BMW debería ser también bastante satisfactorio en 2014, ya que incrementó sus ventas de coches en cerca de un 15%.
Una situación parecida sucede en el caso de las empresas de automóviles que fabrican y venden coches, como Renault España. La CNMC, en este caso particular, ha decidido no sancionar a la matriz, Renault España, que aglutina las operaciones industriales de la compañía francesa en España, y que en su último ejercicio publicado, 2013, reflejó una ganancia después de impuestos superior a 35 millones de euros.
La rama de la empresa que sí ha sido multada, la comercial (Renault España Comercial), ha recibido 18,2 millones de euros de multa (en función, reiteramos, de sus ingresos de 2014), lo que proporciona una idea de su volumen de facturación.
En 2013 ingresó 1.191 millones de euros con un resultado neto atribuido de 14,3 millones de euros.
Un pequeño puñado de compañías sí pueden tener más dolores de cabeza por las sanciones recibidas, como Peugeot, Citroën y Fiat. En el caso de la marca del león, la multa de la CNMC asciende a 15,72 millones de euros, una cifra que puede significar un considerable agujero para la tesorería del fabricante del 308.
Peugeot S.A., La firma que hasta el verano pasado dirigía el ejecutivo Rafael Prieto, acumula pérdidas al menos durante los dos últimos años computados, 2012 y 2013, con unos números rojos de 12,67 y 8,7 millones de euros, respectivamente.
Aunque las ventas de la compañía en España han pasado de 57.225 unidades en 2013 a 62.570 automóviles a lo largo del ejercicio pasado, este incremento puede no ser suficiente no sólo para que la empresa salga de pérdidas, sino simplemente para compensar los resultados negativos de los últimos años. En 2013, el último ejercicio registral consignado por la firma en el momento de escribir esta información, Peugeot S.A. facturó 1016,9 millones de euros.
Impactos duros y tibios
La hermana de Peugeot, Citroën, tampoco ha debido de recibir la noticia de la sanción precisamente con alegría. Los 14,76 millones de euros de multa serán complicados de digerir para una comercializadora y distribuidora de automóviles que se dejó cinco millones en 2012 y 7,1 millones más de pérdidas en 2013.
En el caso de Fiat, que ha recibido 6,9 millones de euros de multa, dicha cantidad también puede hacer mella en su balance, puesto que en 2013 arrojó pérdidas en España por valor de 22 millones de euros, con un volumen de negocio de 441,4 millones. Aunque tampoco se conocen por el momento los ingresos de la compañía del año pasado, Fiat Group Automobiles Spain incrementó sustancialmente sus ventas de automóviles el ejercicio pasado, por encima de las 36.000 unidades y cerca de 10.000 más que en el año anterior.
Por un lado, ello supondrá teóricamente más ingresos, lo cual no es lo más deseable teniendo en cuenta que la multa se referencia al volumen de facturación, pero ese considerable aumento de ventas también debería traducirse en un balance anual que recoja, como mínimo, una fuerte minoración de pérdidas.
Salvo estos casos, al que se puede sumar la distribuidora de Mitsubishi en España, que ha recibido 776.000 euros de multa en un momento en el que su propietario, el grupo Bergé, no pasa precisamente por el mejor momento en su división de automoción, la realidad es que la multa de Competencia tendrá poco impacto en la mayoría de las compañías del sector.
A Ford España le han caído más de 20 millones de euros, pero esa cifra supone aproximadamente el 10% de todo el beneficio que se apuntó sólo en 2013, a la espera de conocer sus resultados del año pasado.
Para Mercedes-Benz España, que aglutina tanto la venta como la producción de vehículos en España, la sanción ha sido baja en comparación con el resto y con su presumible facturación de 2014, aún no conocida. La CNMC ha impuesto a la firma de la estrella 2,379 millones de euros de multa, una cantidad que si fuera referenciada a su facturación de 2013 en España —2.842,4 millones de euros—, no supondría ni el 0,1% mínimo de sanción que enuncia Competencia.
En 2014, las ventas de coches de la marca rozaron las 31.000 unidades, casi 6.000 más que en el ejercicio precedente. Mercedes-Benz España ha generado beneficios por valor de algo más de 110 millones de euros en el periodo 2012-2013.
En conjunto, la enorme controversia que ha generado la actuación de Competencia con el sector de automoción nacional no parece que ejercerá un impacto lo suficientemente grande como para dejar huella. Y la herida sigue muy abierta.
Lo único evidente es que el intenso affaire de los últimos años entre el automóvil y las Administraciones Públicas se ha suspendido sine die.