El grupo automovilístico Stellantis ha comunicado una inversión de 13.000 millones de dólares —unos 12.000 millones de euros al cambio actual— destinada a reforzar su capacidad industrial en Estados Unidos, lo que le permitirá introducir cinco nuevos modelos y la creación de 5.000 puestos de trabajo en diversas factorías del país durante los próximos cuatro años, según ha informado Reuters.
El plan, que incluye parte de inversiones ya conocidas, tiene como objetivo «reforzar la posición» del fabricante frente al impacto de los aranceles aplicados por la Administración de Donald Trump, que supondrán un coste aproximado de 1.700 millones de dólares (1.570 millones de euros) solo durante este ejercicio, según estimaciones de la empresa.
La inversión se concentrará en las instalaciones del constructor de vehículos situadas en Míchigan, Illinois, Ohio e Indiana, donde algunas fábricas recibirán nuevos modelos y otras ampliarán la producción de vehículos existentes.
Una de las plantas más destacadas del plan, la de Belvidere (Illinois), cerrada en 2023, reabrirá para fabricar dos modelos de Jeep a partir de 2027, con la creación de unos 3.300 puestos de trabajo.
De acuerdo con Reuters, el presidente del sindicato United Auto Workers (UAW), Shawn Fain, ha señalado que la reapertura de la planta refleja el efecto de los aranceles selectivos sobre la recuperación del empleo industrial en Estados Unidos.
El valor de la acción de Stellantis cerraba la última sesión bursátil de ayer en 9,91 dólares por título, equivalentes a 9,20 euros, lo que en comparación con los 8,47 dólares (7,85 euros) del inicio del ejercicio actual representa una apreciación del 17,0 %, según datos de MarketWatch.