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Juan Arús
Juan Arús
Periodista económico apasionado en transformar objetivos en resultados, Juan Arús (Madrid, 1975) ha trabajado para diversos medios de comunicación escritos de España, generalmente económicos y habitualmente en las secciones de Empresas y Automoción. Gran aficionado a la moda masculina, cuenta con un vasto repertorio de artículos de referencia publicados sobre vestuario clásico en diferentes medios. Edita y dirige Fleet People desde 2015.

Servicios»  Alrededor de estos “nuevos” restaurantes sobre ruedas  se abre todo un mundo de propuestas, nuevos negocios… Y grandes dosis de emprendimiento

ESCRIBE: CARMEN LANCHO

El street food está presente en España desde hace poco tiempo. Se trata de un modelo empresarial muy nuevo aquí y de gran calado en muchos países del mundo. Y los food trucks son un llamativo icono de este movimiento gastronómico. Para aquellos que se suben a esta aventura   es una nueva perspectiva de la restauración. Para otros supone ofrecer de nuevos servicios o reinventarse en estas nuevas demandas.

Y para los demás, desde los sibaritas foodies hasta la masa heterogénea del gran público, es una manera estupenda de disfrutar el tiempo de ocio, la pasión por la cocina rica, variada y de calidad a “precios populares” y degustarlo al aire libre.

Estos vehículos suponen una nueva forma de emprender, de cocinar, de reparar, comprar o alquilar y de dar servicio desde otras industrias… Una nueva forma de trabajar que está ganando adeptos y terreno. Tanto es así que ya existe un mercado en auge en este sentido. Con todos los trabajos profesionales que se ponen en marcha alrededor de esta actividad: talleres especializados para su transformación, recambios, diseño, asesorías, industria alimentaria, fabricantes, compraventa de food trucks, alquiler de estos camiones y caravanas, etc.

De los aproximadamente 300 food trucks que hay rodando por España, la Asociación Street Food Madrid los distingue básicamente en cuatro tipos: caravanas (sin motor, más económicas), furgonetas vintage, camionetas modernas y todo tipo de vehículos especiales (autobuses restaurados incluidos).

food truck
Para todos los gustos, tipos y tamaños. Creaciones de Food Trucks a partir de three-wheelers (o motocarros, foto 1), furgonetas antiguas y muy populares para esta actividad como las Citroën HY (foto 2), camiones clásicos como el Pegaso (foto 5) o caravanas simples… Casi cualquier cosa vale, siempre que se tengan las licencias pertinentes.
// FOTOGRAFÍA: DE IZQUIERDA A DERECHA Y DE ARRIBA A ABAJO: ASOCIACIÓN STREET FOOD MADRID (IMÁGENES 1,2,6) / SIGAELFOODTRUCK.COM (IMÁGENES 5, 7 Y 8) /
LA CANALLA FOOD TRUCK (3) / VAN VAN MARKET (4).

Una de las peculiaridades de España es que hay un porcentaje muy importante de vehículos vintage restaurados para servir de food trucks (especialmente furgonetas Citroën HY), comentan. “Aunque estos vehículos son preciosos, el problema es que son muy poco operativos para funcionar como un auténtico food truck y poder rodar distancias largas” sino es con ayuda de una grúa, destaca la asociación.

En los últimos años se han creado empresas especializadas en la transformación, compra y venta e incluso en el alquiler de estos vehículos.

Incluidas aquellas empresas que ponen a disposición de otras empresas, una flota de food trucks para alquilar. Se pueden encontrar flotas desde cinco o seis vehículos hasta otras mucho mayores con alrededor de cien piezas, con todo listo y en regla para empezar a cocinar y rodar. Sin embargo, el mercado del alquiler en España es complicado. Para Mundo Tracción, “cualquier empresa de alquiler sabe que las devoluciones de los vehículos y su mantenimiento son costos, más aún cuando son vehículos antiguos con 50 años y una mecánica sencilla pero delicada. La gente no sabe arrancarlos, moverlos dentro del evento… y sobre todo no los cuidan. Hay que pensar que, más que un vehículo, es una cocina sobre ruedas, y la cocina se ensucia mucho. Además, la legislación no ayuda ya que está prohibida la venta ambulante y los alquileres se resumen a eventos privados, licencias municipales fijas o centros comerciales”.

Para un roto y un descosido

El alquiler de food trucks ahora mismo está muy enfocado a dos tipos de clientes:  el cliente que quiere hacer campañas promocionales, photocalls o eventos de street food de manera puntual, como dicen en FoodTruckYa.com; y el emprendedor que quiere probar en este mundo sin arriesgar entre los 20.000 y hasta 40.000 euros (dependiendo si se tratara de una caravana o de una furgoneta) que puede llegar a costar la compra de un food truck.

Siempre que cumpla con todas las normativas de seguridad alimentaria e higiene, claro está.

food truck

Porque si se trata de un food truck “hecho a mano”, es decir, sin estar homologado y acorde con las normativas sanitarias, para ir tirando o para probar un poco qué tal puede ir “el experimento”, puede salir por unos 1.500 euros más 2.000 euros de equipación, según estimaciones ofrecidas por SigaElFoodTruck.com, una web donde se dan cita aquellos quienes quieren contratar un camión para un evento puntual o aquellos que quieren comenzar en el mundo de la restauración sobre ruedas. La diferencia es grande. La calidad del producto y del servicio, probablemente también lo sea.

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Uno de los factores importantes que haga que este sector triunfe es que todos los implicados puedan jugar en las mismas condiciones.

Para Mundo Tracción, esto es un problema porque muchos vehículos están “sin documentación, sin seguro, sin equipamiento interior, sin cumplir normas sanitarias…”. A las empresas que deciden tener todo en regla les supone “un sobrecoste que los demás no asumen y por tanto acabamos fuera de precio porque el cliente no es exigente, sólo mira precio final y poco más.”

Desde SigaElFoodTruck.com insisten en este mismo aspecto. Y por eso, para evitar este tipo de situaciones, el alquiler puede ser una buena idea.

Además, el mantenimiento de estos vehículos es una parte importante. Una de las cuestiones que destacan desde Food Truck Systems es que “la mayoría de las flotas que existen en España no son vehículos que puedan circular con las transformaciones que llevan, ya que son vehículos históricos o dados de baja”.

“Cuando los coches son históricos, los problemas son innumerables, por eso hemos elegido vehículos que manteniendo las líneas retro no tienen ese carácter y sus motores son más actuales, lo cual facilita infinitamente el mantenimiento”.

Aunque en el caso de esta empresa, el alquiler está más bien enfocado a dar un servicio de sustitución a sus clientes y a la transformación y venta.

Food truck

Pocas facilidades

Pero mantener este tipo de flotas no es fácil. Es un mercado joven en suelo patrio y la falta de experiencia genera todo un mundo de dificultades a sortear y un sinfín de riesgos que cubrir. Y es que como todo vehículo, éstos también necesitan estar asegurados. Así lo recuerdan responsables de Mundo Tracción. “Cualquier vehículo que esté en la vía pública debe tener permiso de circulación, ficha técnica, seguro para circular (…) Además, nuestros seguros están hechos específicamente para food truck e incluyen una Resposanbilidad Civil (RC) no solo por el alquiler del vehículo, sino de cocina, pues pueden ocurrir intoxicaciones o accidentes laborales. Supone un coste importante”. Vehículo y también restaurante, por lo que, los seguros deben cubrir tanto el obligatorio de vehículos, si puede circular, como el de RC de un restaurante y, si fuera necesario, la RC patronal.

Desde la Asociación Street Food Madrid indican que trabajan los tres seguros necesarios para esta actividad con la compañía Helvetia Seguros, con quien mantienen un acuerdo para sus asociados: el seguro obligatorio de circulación (si puede circular), el seguro de responsabilidad civil y la póliza de daños para esta actividad con importantes descuentos. Ignacio Ciprés, a través de su correduría, ya ha asegurado eventos street food como el MadEat; y en menos de un año a más de 40 clientes con sus distintas modalidades según sus necesidades.

“Es como asegurar un restaurante, pero con ruedas”, indica Ciprés, “solo que la matrícula y el número de bastidor son fundamentales para hacer contratar el seguro. Poco a poco intentamos mejorar la póliza aumentando los riesgos, las garantías; las franquicias son bajas, etcétera”, afirma. Pero no solo el mercado del alquiler es complicado. Montar un food truck en sí mismo también lo es. En este sentido, todos los profesionales consultados coinciden. En España, a pesar de ser un tipo de negocio que está en auge y tiene gran aceptación, no existe una normalización administrativa. Pero sí muchas trabas.

Desde la Asociación Street Food Madrid resaltan que “los obstáculos son especialmente intensos: incomprensión por parte de los funcionarios, normativas anacrónicas y restrictivas y falta de una estrategia coherente para fomentar nuevas formas de emprendimiento”. El marco legal de la street food depende sobre todo de las normativas municipales y autonómicas. Desde esta Asociación trabajan con el foco en la ciudad de Madrid.

food truckA través de un Comité Regulatorio en el que participan profesionales y expertos de la street food, la hostelería, la restauración y el sector alimentario “estamos desarrollando distintas opciones y propuestas para mejorar la situación legal de los profesionales de la street food”. A corto plazo, quieren acabar con la inseguridad jurídica actual y que los distintos distritos de Madrid armonicen requisitos con respecto a estos eventos. Y a partir de ahí realizar cambios más profundos. “En concreto, estamos trabajando en un proyecto para implementar un sistema parecido al que funciona en París, autorizando distintos emplazamientos fijos en Madrid en los que rotarían food trucks”.

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Normalmente, el emprendedor o empresario que se sube a este carro es alguien que ya conoce el mundo de la gastronomía y sabe lo que quiere. Sabe que debe contar con un proyecto que tenga continuidad, una propuesta gastronómica basada en la calidad, en los buenos precios y en una estética atractiva. Pero a veces no sabe por dónde empezar para poner en marcha esta cocina sobre ruedas. Lo mismo que los emprendedores. Informaciones como las elaboradas por FoodTruckYa.com, la primera “Guía de food trucks” estatal, son de gran ayuda, además de las distintas asociaciones que hay por todo el país.

Futuro para los mejores

SigaElFoodTruck.com destaca que la fuerza en España de eventos de street food está en los fines de semana gracias al buen tiempo y comentan que la clave de un trabajo bien hecho es la buena comida, higiene, buen precio y sobre todo un concepto gastronómico, sumado a un buen diseño y presencia en las redes. Aunque respecto a países vecinos queda trabajo por hacer “sobre las normativas de higiene y de control de los vehículos”.

Sin embargo, el nivel gastronómico español es realmente alto y la oferta es muy buena, “tanto a nivel de calidad, de creatividad, de fusión y variedad internacional, de utilización de productos de cercanía y ecológicos, de nivel de sus cocineros” resaltan en la Asociación madrileña.

En FoodTruckYa.com creen que el sector “seguirá creciendo y las autoridades irán regulando y creando normativas para que los food trucks puedan ajustarse a unos criterios sensatos y comunes. Y surgirán todavía muchos más food trucks, a cargo de nuevos emprendedores, hasta que en el panorama foodtruckero sólo queden aquellos que hagan bien las cosas y apuesten por la calidad y la profesionalidad, como en cualquier otro negocio”. 

Pintorescos colores, sabrosos olores y maravillosas delicatessen, algunas de estas ofertas suben a la categoría de gourmet muchas propuestas culinarias. El éxito en España está en la gran oferta culinaria y las bondades climatológicas que aquí se disfrutan, con la ayuda de la profesionalidad y del cambio de mentalidad de las administraciones competentes.

Esta nueva forma de vivir la gastronomía tiene, cada vez más fans y seguro que un futuro lleno de éxito. 

Y con el tiempo ganará su propia plaza de aparcamiento para quedarse en el paisaje urbano (solo los buenos).


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Del lejano oeste a la pantalla en 3.0

Tan cool y tan “antiguo” en Estados Unidos, este tipo de cocina viajera sitúa sus orígenes poco después de la Guerra de Secesión Americana. Después de ello la nación despertaría para dar comienzo a un sin fin de aventuras a la conquista del lejano y salvaje oeste. Existe una interesante documentación, como en Canal History, que relata cómo en 1866 el ranchero tejano Richard Goodnight puso en marcha una gran caravana de ganado, conducida por un grupo de hombres durante 8 semanas a través de increíbles paisajes, territorio indio y más aún, el desierto donde resultaría difícil abastecerse. Goodnight acondicionó un carromato del ejercito en algo tan practico como un “cocina móvil” para alimentar a sus hombres. Y lo llamó Chuck Wagon. Este carromato llevaba todo lo necesario: condimentos, herramientas, comida nutritiva siempre lista y fácil de mantener, para que aquellos hombres pudieran alimentarse o simplemente tomar un café. Mientras en ese mismo momento, en un escenario bien distinto, las grandes urbes, se estilaba algo muy parecido. El concepto era el mismo y la necesidad igual: alimentarse de manera rica, cómoda y a buen precio para seguir trabajando. Y con el tiempo este se transformó en los  actuales dinners. Cualquiera de ellos tienen una referencia en el cine. Desde los grandes western al más puro estilo de John Ford hasta estrenos más recientes y cercanos a este tema como la comedia “#Chef” de Jon Favreau, en la que las redes sociales son también protagonistas.

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