España es el país europeo con más usuarios de WhatsApp, por lo que no es de extrañar que haya traspasado el ámbito personal para convertirse en un canal de contacto más en el entorno laboral e incluso, comercial. Prueba de ello es que el 24% de las operaciones de compraventa de coches usados ya se cierra “WhatsAppeando”, según concluye la plataforma internacional AutoScout24.
Los datos de la consultora experta en VO e Internet muestran así que, una vez avanzado el proceso de compra de coches usados, el usuario prefiere confirmar los detalles de forma ágil a través de un canal que permita respuestas inmediatas y directas.
En una sociedad donde lo que nos falta es tiempo, prefiere un canal que no le exija desplazarse físicamente para verse con el vendedor, sino es ya para probar el coche, que es lo que mueve al 70% a tomar una decisión en firme.
Al analizar las cifras, los dispositivos de última generación han marcado un antes y un después en el proceso de compra, hay más usuarios paseando por el escaparate online que por el físico.
De hecho, más del 50% de los compradores de coches usados queman la etapa de búsqueda de modelos a través de su smarphone o su tableta, dejando el ordenador para la fase de comparativa de precios y prestaciones.
Así, en la era del smartphone, la tendencia que pone sobre la mesa la plataforma refuerza la importancia de integrar la estrategia digital y las redes sociales dentro del proceso tradicional de compra de un coche para llegar así a un consumidor cada vez más independiente y menos cautivo.
Según el director general de AutoScout24, Gerardo Cabañas, “internet no es ya sólo un escaparate en la red para que el comprador vea la oferta y haga comparativas sino todo un ecosistema en el que interactuar para ganarse la confianza del comprador y al que más tarde o más temprano se incorporará la posibilidad del pago online. Estamos más que nunca ante un canal complementario”.
Los compradores ya vislumbran un futuro en el que todo el proceso de compra sea online, tal y como demuestra el hecho de que un 50% esté dispuesto a adquirir un modelo que él mismo haya pedido y personalizado mediante realidad virtual aunque no lo haya visto ni probado antes físicamente.









