El 34,4% de las compañías con flotas de vehículos operativas en Europa no supervisa las emisiones de dióxido de carbono generadas por sus vehículos.
Así lo refleja el informe European Fleet Emission Monitor 2025 elaborado por la compañía de renting Alphabet a partir de datos recogidos entre 740 gestores de flotas de 12 países, que señala de modo consistente que la cifra apenas ha cambiado respecto del ejercicio anterior, «a pesar del refuerzo normativo introducido por la Unión Europea en materia de sostenibilidad corporativa».
Entre las empresas que sí controlan las emisiones, Alphabet explica que únicamente el 25% dispone de sistemas que permiten medirlas con precisión, pero la mayoría continúa utilizando métodos indirectos basados en el consumo de combustible, hojas de cálculo o datos «no estandarizados».
El uso de herramientas digitales específicas para este fin no ha experimentado un avance significativo, enumera la compañía de renting, así como tampoco lo ha hecho la incorporación de inteligencia artificial en estos procesos, que no supera el 7% de adopción.

El caso español: también un tercio
En el caso de España, el 35,2% de las compañías no monitoriza las emisiones de su flota, a pesar de que ocho de cada 10 consideran relevante la reducción del impacto ambiental.
Esta diferencia entre percepción y ejecución «continúa siendo uno de los principales desajustes operativos del sector», según el informe, que revela que solo el 38,5% de las empresas europeas ha definido objetivos concretos de reducción de emisiones a medio plazo, mientras que el 42,6% carece de «cualquier tipo de planificación» en este apartado.
Otro elemento clave en la electrificación de las empresas y de su flota reside en la Directiva de Información Corporativa sobre Sostenibilidad (CSRD), que de acuerdo con Alphabet sigue siendo «limitada» respecto de su aplicación efectiva.
Al respecto, solo el 8,3% de las empresas reconoce haber modificado su política de flotas tras la entrada en vigor de esta normativa y más del 50% apunta que no ha tenido ningún impacto en su actividad y un 34% que ni siquiera conoce sus implicaciones.
En cuanto a la electrificación, el 56% de los responsables de flotas consultados por Alphabet afirma «tener previsto sustituir de modo progresivo» sus vehículos de combustión, una cifra que, sin embargo, ha retrocedido en 13 puntos porcentuales respecto de 2023.
Dichos responsables de flotas aseguran en este apartado que la falta de infraestructura de recarga y las limitaciones en la autonomía disponible son los principales factores que frenan esta transición electrificada corporativa.
Hay que puntualizar en este análisis que menos del 6% de las empresas ha completado la transición hacia un modelo de flota de empresa totalmente eléctrico.
En cuanto a las compañías que sí que siguen el curso de las emisiones de sus flotas, el 41,5% sitúa la media de emisiones de estas por debajo de 100 gramos de dióxido de carbono por kilómetro recorrido, mientras que un 31,6% reconoce superar esa cifra y un 26,6% responde de modo directo que «no dispone de datos suficientes para responder».