La marca de automóviles Seat es una de las más firmes apostadoras por la nueva movilidad sostenible y su encaje en el universo corporativo. En los tres últimos años ha lanzado al mercado un abanico de productos extenso y, sobre todo, multidisciplinar que sirve a un único propósito: contentar a todas las tipologías de clientes corporativos.
El buque insignia de esta avanzada ecológica no es otro que el Seat León —es el que más ventas acumula en nuestro país—, que dispone de versiones con hibridación ligera eTSI e híbrida enchufable e-Hybrid. Cada una de ellas responde a un tipo de utilización y se puede escoger en la opción de carrocería convencional y Sportstourer o familiar.
La versión mild hybrid, por ejemplo, se nos antoja muy eficaz cunado la utilización del León se va a centrar en la ciudad, pero siempre teniendo en cuenta que la base de carga original del coche está fijada en la propia urbe. ¿Por qué? Porque la autonomía eléctrica de este tipo de configuraciones no es muy elevada, pero a cambio disponemos del mínimo legal exigible, la etiqueta ‘0’, para funcionar sin restricciones al tráfico y por el centro de la ciudad.
En el caso del León enchufable, hay que decir que estamos hablando de palabras mayores. Esa ha sido nuestra opinión desde que lo probamos por vez primera. Y lo mantenemos. Aporta al conductor hasta casi 70 kilómetros de autonomía eléctrica, una cantidad que nos permite establecer nuevos cálculos.

Por ejemplo, si vivimos en el extrarradio y la sede de nuestro trabajo está en la urbe, podríamos conseguir circular exclusivamente en modo eléctrico durante toda nuestra vida profesional —siempre que mantengamos el puesto, claro—.
También podemos optar por circular con el motor de gasolina y activar el eléctrico cuando entramos en la ciudad.
Así callejearemos en completo silencio y sin emitir CO2 al medio ambiente.
Además del León híbrido y el híbrido enchufable, este último disponible por unos 550 euros mensuales con un contrato de full renting, la propuesta sostenible de Seat también llega con modelos como el Arona y el Ibiza TGI movidos por gas natural, que ofrecen al consumidor corporativo una autonomía y unos costes de uso y mantenimiento prácticamente imbatibles.
Existe una opción TGI del León, sí, con 440 kilómetros de autonomía, pero nos vamos a centrar en los Arona e Ibiza.

En el primero de ellos, este SUV coqueto y compacto permite recorrer hasta cien kilómetros por apenas 2,9 euros gracias a sus tres depósitos de gas, que ofrecen una autonomía de 400 kilómetros que han de complementarse con un tanque de nueve litros de gasolina adicional. Si nos decantamos por el compacto Ibiza, que se sigue manteniendo como un superventas, la motorización de gas natural GNC posibilita, incluso, un coste inferior de uso que el Arona, con 2,8 euros de coste por cada cien kilómetros recorridos.
Las emisiones de este vehículo, así como las del Arona, se sitúan por debajo de los 110 gramos de CO2, una cifra muy baja que está disparando las ventas de este tipo de configuraciones, con más de 15.000 turismos de gas comercializados el año pasado en España, la mitad de los 30.000 que se matricularon.
Sobre su posicionamiento en renting, el Arona sale por unos 300 euros mensuales, por los 320 euros del Ibiza TGI.
Aunque nos quede poco espacio para hablar de la guinda, no por ello es menos importante. Al revés. El SUV Tarraco es el buque insignia de la empresa y ofrece en su variante sostenible un híbrido enchufable que aporta 50 kilómetros de autonomía. Se puede encontrar por una cuota en renting de unos 600 euros.